Entretextos - Artículos/Articles/Pütchi

Revista de Estudios Interculturales desde Latinoamérica y el Caribe

Facultad Ciencias de la Educación. Universidad de La Guajira. Colombia

ISSN: 0123-9333 / e-ISSN 2805-6159, Año: 18 N.o 34 (enero-junio), 2024, pp. 284-300

Este trabajo fue depositado en Zenodo: DOI: https//doi.org/10.5281/zenodo.10472721

Licencia CC BY NC ND 4.0 / Derechos de autor: autores /Derechos de publicación: revista

Recibido: 15-8-2023· Aceptado: 24-11-2023

 

Educar con José Martí en la escuela cubana de hoy

Educating with José Martí in today's Cuban school

Ekirajaa nümaa José Martí julu’u ekirajiapülee joolu’u

 

 

Elmys Escribano Hervis

https://orcid.org/0000-0003-0050-0649

escriba2003@gmail.com / elmys.escribano@umcc.cu

Universidad de Matanzas, Cuba

 

Ruhadmi Boulet Martínez

https://orcid.org/0000-0002-5343-3948

rboulet76@gmail.com

Universidad de Matanzas, Cuba

Resumen

 

El artículo tiene como objetivo sustentar la pertinencia y sostenibilidad que posee la concepción de José Martí sobre la educación para la escuela cubana en la actual coyuntura. Para cumplir el objetivo declarado se establece un análisis sobre el contexto histórico-social, cultural, científico y educacional que se integran en las demandas de libertad y desarrollo para América Latina, lo cual condiciona sus ideas sobre la educación y la formación humana de José Martí. En diálogo constante con su obra se resume la esencia de su concepción sobre la educación. Se reflexiona sobre los resultados obtenidos en el proyecto “Educar con José Martí en la escuela cubana” y en ese orden, se exponen cinco notas que argumentan la pertinencia y la urgencia de educar con José Martí en la escuela cubana actual de forma sostenida. Se aborda desde la perspectiva martiana confrontada con el contexto.

 

Palabras clave: José Martí, aprender por sí, educación científica, educación en valores, educar desde y para la identidad.

 

Abstract

 

The article aims to support the relevance and sustainability of José Martí's conception of education for the Cuban school in the current situation. In order to fulfill the declared objective, an analysis is established on the historical-social, cultural, scientific and educational context that are integrated into the demands for freedom and development for Latin America, which conditions his ideas on education and the human formation of José Martí. In constant dialogue with his work, the essence of his conception of education is summarized. He reflects on the results obtained in the project "Educate with José Martí in the Cuban school" and in that order, five notes are exposed that argue the relevance and urgency of educating with José Martí in the current Cuban school in a sustained way. It is approached from Marti's perspective confronted with the context.

 

Keywords: José Martí, self-learning, scientific education, values education, educating from and for identity.

 

Aküjia palitpütchiru’u

 

Ju’umaaka ashajalaakat jia aküjaa jücheujaala jee juchotiria nikiirujutu José Martí jüchikua ekirajawaa jüpüla ekirajiapülee kuuwaje’ewolu moutpünaa. Jüpüla asawataa tü jünanajakaa achiki oulakünüsú wanee ayaawatia jüchiki tü eeka oumainpa’a maka ja’ain achikua-akua’ipa, jüchejaayalu’u mochoojuusalü jee ekirajiama’a antanajiraaka jüülemüin taashii jee amuloujaa jüpülamüin Mma Ameerika, kaülanainka atuma nikiirujutu jüchiki ekirajawaa jee nekirajia wayuuinjanaka nanüliama’aa José Martí. Juyounajalalu’u waneepia jümaa nüshajala akolochojoonüsü jütsüin nikiirujutu jüchikua ekirajawaa.  Osoirire’ennüsü jüchikua tü ojuittaaka julu’ujee a’yatawaa “Ekirajaa nümaa José Martí julu’u ekirajiapülee kuuwaje’ewolu” jüka ti’iya, aküjüna achikirü ja’raishii jünüikima’a jücheujaale jee wajaachonninjatüin wanee ekirajaa nümaa José Martí julu’upünaa ekirajiapülee kuuwaje’ewolu joolu’u jee ajapulu’ujiraanüin.   Oulakaansü jükajee ekiirujutu martiyanainjee ayouje’enasü julu’u oumaniika.

 

Pütchi katsüinsükat: José Martí, atujira’alaa, ekirajawaa jüchikua kasa meraajuusalü, ekirajawaa julu’u kojutiaa, ekirajawaa julu’ujee jee jüpüla kachikua.

 

 

 

 

Introducción

J

osé Julián Martí Pérez (1853-1895), Apóstol de la independencia de Cuba legó la comprensión que “La educación ha de ir a donde va la vida” (Martí, 1963, t. 22, p. 308), tal dinámica comprende la educación apegada al desarrollo de la cultura, de la ciencia, la tecnología y las tendencias que señalan la movilidad y el cambio de las sociedades y sus culturas.

Su comprensión además de considerar la dialéctica del tiempo en la educación, lo llevó a asumir dicho proceso de formación de los seres humanos en relación a condiciones contextuales específicas, las que subrayan demandas particulares de aprendizaje y desarrollo.

En Cuba, la obra de José Martí, por la variedad, amplitud y profundidad de temas que aborda genera un sostenido interés entre los investigadores de distintas disciplinas, especialmente de las ciencias sociales o humanas. Para el desarrollo del proceso investigativo llevado a cabo, especial significado han tenido los estudios realizados desde una perspectiva filosófica (Pupo, 2011, 2016; Guadarrama, 2015; Varona, 2016), pues estos sientan un referente importante sobre la comprensión que tuvo el Apóstol de Cuba, sobre el hombre su actitud ante el conocimiento, la relación del hombre con la sociedad y la cultura. En estos estudios se establece la relación entre lo individual y lo colectivo en la figura objeto de estudio, así como el afincamiento de su pensamiento y acción en el humanismo como pilar esencial sobre el que se erige su confianza en el mejoramiento humano y la libertad. Es esencial partir de la comprensión de estos postulados para insertar en este orden la concepción de José Martí sobre otras facetas de la sociedad, el arte y la literatura, el periodismo, la ciencia, la política y la educación.

En el caso del análisis referido a su concepción sobre la educación ha permitido identificar aportes sustanciales sobre el tema que han influido el desarrollo de las investigaciones en este campo (Chávez, 1990; Turner et al., 1996; Escribano, 2006; Pacheco y Pupo, 2012). Se han desarrollado otros acercamientos y aportes de gran valor para propiciar la profundización y especificidades en temas relacionados con la educación y la comprensión del valor de sus ideas sobre la educación y la formación humana en general (García-Fallas, 2004; Martínez, 2007; Rodríguez et al., 2012; Kearney, 2014; Piloto, 2020; Ávila et al., 2021).

Se han desarrollado un grupo considerable de investigaciones y experiencias en los que se enriquece el proceso de formación en la escuela y especialmente el desempeño de los docentes sustentado en la aplicación de las ideas de José Martí (Ramos-Mosquera et al., 2020; Espinosa-Rodríguez, 2020; Escribano-Hervis et al., 2020; Oliva-Gómez et al., 2022).

En esta línea de trabajo los autores de este artículo reflexionan en torno a los resultados de un proyecto científico de alcance nacional, integrado por un colectivo multidisciplinar de profesionales, al cual también se vinculan estudiantes de pregrado y posgrado. Este proyecto se ha venido ejecutando de manera ininterrumpida desde el año 2006.

En tal sentido es objetivo de este artículo sustentar la pertinencia y sostenibilidad que posee la concepción de José Martí sobre la educación para la escuela cubana en la actual coyuntura. Se emplean métodos del conocimiento de esencia teórica -histórico-lógico, analítico-sintético, inductivo-deductivo- que propician la interpretación y valoración contextualizada de los resultados obtenidos por el colectivo que integra el proyecto.

 

I.- Temas en discusión

El origen de la concepción sobre la educación de José Martí

En la obra de José Martí se aprecia una concepción sobre la educación, la misma no fue pensada para responder a definiciones ni exigencias académicas. Aparece a través de toda su obra, expuesta en cartas, artículos periodísticos y discursos esencialmente. Su fuente sobre ese tema es vivencial, su percepción sobre la educación guarda estrecha correspondencia con las condiciones del contexto económico, político, cultural, científico-tecnológico y socioeducativo en el que desenvolvió sus actividades (Escribano, 2006; Pacheco y Pupo, 2012).

El contexto inspirador del pensamiento educativo de José Martí comienza en la Cuba colonia, las condiciones de su natal La Habana y las escuelas de barrio a las que asistió de niño fueron un aliento esencial para pensar en una mejor educación. En este particular resultan también relevantes los sesgos que le aportan sus estudios de bachiller y universitario en España y la cultura de este país en relación con el resto de naciones europeas.

El contexto de México, Guatemala y Venezuela representa al decir de Cintio Vitier (1982) la irrupción del fenómeno americano en la obra de José Martí. En estos países apreció la falta de vínculo de la escuela con la vida y la débil integración de la educación a los proyectos de desarrollo humano. Precisamente en México escribió:

La educación tiene en estas tierras un trabajo mayor: es la educación el estudio que el hombre pone en guiar sus fuerzas; tanto más trabajosa será su obra, cuando sean potentes y rebeldes las fuerzas que quiere conducir y encaminar. (Martí, 1963, t. 6, p. 254)

Sus “impresiones americanas” le permitieron configurar su concepción de nuestra América y relacionado con ello, señalar las deficiencias, las limitaciones y los desafíos de la educación en la fecha.

Estas vivencias lo condujeron a sostener que la educación debe ser concebida en estrecha relación con la cultura, con el arte y la ciencia, entre otras, como fuerzas gestoras del progreso social. Sustentó que la transformación de la vida americana, debe concretarse mediante un proyecto de desarrollo de esencia liberadora (Escribano, 2006).

Su estancia de aproximadamente 15 años en Estados Unidos también fue una importante fuente aportadora de vivencias y motivo de reflexión sobre la enseñanza y la educación (diferenció el contenido y el significado de estas dos categorías), observó también el estado de las universidades, las ciencias y el desempeño de los docentes.

En cada uno de los contextos mencionados, el pensamiento de José Martí relaciona de forma directa el estado de la educación y la escuela con las demandas de libertad, desarrollo pleno y justicia social, pues la escuela como espacio y experiencia vital de preparación para la vida, ha de desenvolver de modo natural las potencialidades humanas en función de hacer a los hombres libres y dignos. En tal sentido, aprecia la necesidad de desestancar la esencia creadora del hombre natural en su propio contexto de actuación.

En enero de 1884, en las páginas de La América, escribió:

La educación tiene el deber ineludible para con el hombre, - no cumplirlo es un crimen: conformarle a su tiempo - sin desviarle de la grandiosa y final tendencia humana. Que el hombre viva en analogía con el universo, y con su época. (Martí, 1963, t.8, p. 430)

Su concepción de la educación emana de una reflexión original y auténtica. “Yo nací de mí mismo, y de mí mismo brotó a mis ojos, que lo calentaban como soles, el árbol del mundo” (Martí, 1963, t. 21, p. 167). En un artículo publicado sobre el tema de la educación en El Economista, aclaró: “Todas esas ideas han sido enseñadas directamente por la vida al que escribe en El Economista” (Martí, 1985, p.15). De esa forma dejaba ver su atención a la vida y las necesidades de los seres humanos como fuente de sus ideas y formulaciones teóricas.

También debe tomarse en cuenta la relación del hombre con la naturaleza y el influjo que proviene de esta en expresiones humanas. En la obra de José Martí se aprecia con claridad su especial sensibilidad de respuesta a lo natural.

 

La esencia de la concepción de José Martí sobre la educación

En el proyecto se sostiene que José Martí concibió la educación como una respuesta a las necesidades de progreso y libertad en las condiciones concretas de formación y desarrollo del hombre americano. En este orden se aprecia como una elaboración que guarda correspondencia con el concepto de nuestra América que sustenta en su obra (Escribano, 2006).

En su percepción de la educación como proceso marchan en perfecto equilibrio los elementos referidos a la cognición con los que alude a los sentimientos y a las convicciones que rigen la actuación de los seres humanos.

Educar es poner coraza contra los males de la vida. El crimen, y el deseo, que lleva a él, muerden fácilmente a los ignorantes, o en los que por no tener la mente acostumbrada a pensar, ni afición a los goces que provienen de ejercitar el pensamiento, emplean en la mera bestial satisfacción de sus instintos todas las fuerzas activas de su naturaleza - más adelante aclaró que toda buena educación debe enseñar - “el modo de luchar fructuosa y honestamente en la vida. (Martí, 1973, t.28, p. 277)

La concepción sobre la educación que sustentó el Apóstol se contextualiza en un período de tránsito a las condiciones que impone la modernidad para el continente, tiempos de “reenquiciamiento y remolde” a condiciones económicas, culturales y científicas cambiantes, lo cual representaba desafíos sustanciales para la formación humana como problemática de carácter filosófico-político-educativa (Rodríguez et al., 2012).

En el prólogo a los Cuentos de hoy y de mañana de Rafael de Castro Palomino, escribió:

Por educación se ha venido entendiendo la mera instrucción, y por propagación de la cultura la imperfecta y morosa enseñanza de modos de leer y de escribir. Un concepto más completo de la educación pondría acaso rieles a esta máquina encendida y humeante que ya viene rugiendo por la selva, como que trae en sus entrañas los dolores reales, innecesarios e injustos de millones de hombres. Y sería entonces mensajera de vida aquella que ¡guárdenos Dios! se viene encima, a son de tambor de odio, con todos los arreos salvajes de la guerra. (Martí, 1963, t.5, p.102)

Es comprensible que la educación que demandó Martí haga énfasis en el encauzamiento de las fuerzas naturales del hombre “que acelere en la obra del Universo la muerte de la fiera y el triunfo del ala” (Martí, 1963, t.5, p.102) como tendencia en extraer y favorecer el desarrollo de lo más puro y espiritual que lleva el hombre en sí en función de su confianza en el mejoramiento humano para aplacar la codicia y la maldad, que una sociedad mercantil viene formando con pujanza temerosa.

Concibió la educación en constante cambio y ajuste a los tiempos y a las demandas de los pueblos, este es un factor esencial para comprender la dialéctica que propone. No son tanteos, ni especulación teórica sobre un tema, algo ajeno a Martí de forma absoluta; es un juicio de valor para el establecimiento de una filosofía sobre la educación concebida especialmente para nuestra América. La educación como preparación del hombre para la vida, es síntesis de su concepción; en sus Cuadernos de Apuntes, escribió:

La educación ha de ir a dónde va la vida. Es insensato que la educación ocupe el único tiempo de preparación que tiene el hombre, en no prepararlo. La educación ha de dar los medios de resolver los problemas que la vida ha de presentar. Los grandes problemas humanos son: la conservación de la existencia, - y el logro de los medios de hacerla grata y pacífica. (Martí, 1963, t. 22, p. 308)

En noviembre de 1883, en la revista La América, vio la luz el artículo “Escuela de electricidad”, en donde consagró:

Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido: es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive: es ponerlo a nivel de su tiempo, para que flote sobre él, y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podrá salir a flote; es preparar al hombre para la vida. (Martí, 1963, T. 8, p. 281)

Se apropió de una filosofía de la educación práctica y es coherente con lo más avanzado del pensamiento educacional de su tiempo.  Sus apreciaciones sobre el tema, pueden apreciarse especialmente en varios artículos escritos para la revista La América entre 1883 y 1884, en La Edad de Oro (1889), "Nuestra América" (1891), y en "Carta a María Mantilla", particularmente la fechada el 9 de abril de 1895.

José Martí concibió la educación con un sentido práctico, desalienador, con referentes culturales claros y contribuyente a la libertad de pensamiento de cada ser humano (Guadarrama, 2015). Para el Apóstol de Cuba la formación del hombre para la vida es la idea que le da sentido a la formación humana. Este sentido integrador se expresa en las siguientes pautas:

Estas pautas brindan unidad y coherencia a los resultados que se han sustentado desde el proyecto: Escribano, E. (Coord.). (2019). El empleo de la Edad de Oro de José Martí en la escuela cubana. Algunas recomendaciones para maestros y profesores. Sello editorial Educación cubana.

En fase editorial en el momento de redactar este artículo:

Contextualización y comprensión de hechos y obras de José Martí en la dirección del proceso educativo. Dr. C. Elmys Escribano Hervis

Tratamiento a la vida y obra de José Martí en el actual perfeccionamiento de la Educación Primaria. Dr. C. Lucía Puñales Ávila y M. Sc. Enrique Jesús Menéndez Olivares

Preparación del maestro primario para el empleo de la obra martiana en la asignatura Lengua Española. Sugerencias metodológicas. Dr. C. Lucía Puñales Ávila

Presencia martiana en el proceso enseñanza-aprendizaje de la Historia de Cuba en la Educación Primaria. M. Sc. Enrique Jesús Menéndez Olivares y Dr. C. Renier Rodríguiez Gómez

El análisis del pensamiento ético de José Martí en las clases de Educación Cívica en la Educación Primaria. M. Sc. Enrique Menéndez Olivares y Dr. C. Renier Rodríguez Gómez

José Martí en la clase de Ciencias Naturales en la escuela primaria cubana. Dr. C. Luis Ernesto Martínez González y Dr. C. Wilfredo Ricardo Mesa Ortega.

La contribución a la educación ambiental desde el estudio de la obra de José Martí. Dr. C. Wilfredo Ricardo Mesa Ortega y Dr. C. Luis Ernesto Martínez González

Precisiones acerca de la creación del jardín o el bosque martiano en las escuelas primarias. Dr. C. Luis Ernesto Martínez González y Dr. C. Wilfredo Ricardo Mesa Ortega

El estímulo a la educación de la cultura general e integral desde la obra de José Martí. M. Sc. Yasnier Hinojosa O’Farrill y Dr. C. Elmys Escribano Hervis

Estrategia pedagógica para el estudio de la vida y la obra de José Martí en el proceso educativo en la Educación Primaria. Dr. C. Elmys Escribano Hervis y M. Sc. Dayamí Cárdenas Herrera

La concepción de la educación de José Martí, sustenta la preparación del hombre para la vida, como su propósito esencial, idea que evidencia una dimensión social y educativa. Dicha dimensión se expresa a través de líneas de pensamiento y acción fundamentales que se insertan en la dinámica de procesos sociales vitales que el Apóstol gestó para el continente americano a fines del siglo XIX.

 

II.- Aportes a la discusión acerca de la necesidad de educar con José Martí en la escuela cubana

Para subrayar la pertinencia y el sentido de actualidad de la concepción de José Martí sobre la educación se presentan a continuación cinco notas que intentan confrontar dicha concepción a las condiciones del actual contexto en el que se desenvuelve la labor educativa en la escuela cubana.

El Sistema Educacional cubano, desde el año 2014 desarrolla el Tercer Perfeccionamiento que se propone responder a la demanda de garantizar educación inclusiva con calidad para todos. 

¿Cuáles son los desafíos y problemáticas en el orden educativo-escolar, propias del desarrollo a los que la concepción de José Martí sobre la educación puede brindar respuesta satisfactoria?

  1. Aprender por sí. El mundo contemporáneo describe un ascenso exponencial de la información (UNESCO, 2021). Una problemática actual consiste en que el estudio y el desempeño de las profesiones exigen la constante actualización de su basamento teórico-referencial y práctico. La actualización es una competencia que debe ser formada desde la escuela para garantizar que cada quien en el ejercicio de sus funciones pueda proveerse la información que requiere. La escuela debe enseñar a aprender (Meirieu, 2002; Luca, 2022).

La adquisición de la información con un sentido pertinente implica la habilidad de poder discriminar con sentido crítico qué información es la que resulta vital para un buen desempeño. De acuerdo con Paulo Freire, se requiere que:

el educando mantenga vivo el gusto por la rebeldía que, agudizando su curiosidad y estimulando su curiosidad y estimulando su capacidad de arriesgarse, de aventurarse, de cierta forma lo ‘inmuniza’ contra el poder aletargante del ‘bancarismo’. En este caso es la fuerza creadora del aprender. (2004, p.13)

Esta problemática está asociada al empleo responsable de las potencialidades que ofrecen las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones para ejercitar el aprender a aprender.

Sobre la idea de saber estudiar, conocer y aprender por sí, lo cual implica también el ejercicio del sentido crítico, resulta vital hoy para la escuela la posición de José Martí, incluso los docentes deben conocer el desarrollo que tuvo desde niño de su capacidad autodidacta. Por otra, parte, sus críticas al memoricismo, al escolasticismo, al divorcio de la escuela con la vida; y, al mismo tiempo, la defensa de aprender por sí, saber estudiar y leer con sentido crítico encierran un valor extraordinario en la actualidad. En varias de las obras de José Martí ya mencionadas en este texto, hace una clara defensa de conocer el mundo en su complejidad y entender todo lo que ve y todo lo que le rodea. Esto puede estimular la motivación en la escuela por el estudio y el conocimiento. Incentivar la lectura de las obras contenidas en La Edad de Oro, sus cartas, sus valoraciones sobre personalidades y hechos de la historia son fuente para estimular la comprensión de textos en diferentes niveles educativos. 

Justo Chávez ha expresado con justeza:

La Edad de Oro es una especie de compendio práctico de educación a distancia, destinado a la formación e instrucción de los niños latinoamericanos, mediante la autoeducación y la autodirección del aprendizaje. (1989, p.30)

  1. La educación en valores. La civilización contemporánea encierra una crisis de naturaleza ética (Gómez, 2019; Morin, 2000; Fabelo 2004). La escuela ejerce una acción directa sobre la educación en valores, sustentada en los programas de estudio o en la organización de la propia institución educativa.

Morin (2000) reconoce con certeza la necesidad de que la educación basada en la ética sea uno de los siete saberes esenciales para afrontar los desafíos de la contemporaneidad:

En realidad, la dominación, la opresión, la barbarie humana permanecen en el planeta y se agravan. Es un problema antropo-histórico fundamental para el cual no hay solución a priori, pero sobre el cual hay mejoras posibles, y el cual únicamente podría tratar el proceso multidimensional que nos civilizaría a cada uno de nosotros, a nuestras sociedades, a la Tierra.

Como tales y conjuntamente, una política del hombre, una política de civilización, una reforma de pensamiento, la antropo-ética el verdadero humanismo (…) reducirían la ignominia en el mundo. (págs. 122-123)

La obra de José Martí está sustentada en el valor de la ética, el decoro y la dignidad humana. Llegó a defender, incluso: “la utilidad de la virtud” (Martí, 1985, p. 17) Especialmente en La Edad de Oro, hay una insistencia en la educación de la niñez latinoamericana para que sean “hombres que digan lo que piensan, y lo digan bien: hombres elocuentes y sinceros.” (s.f., p. 8). También insistió en la honradez, el decoro y el amor a la tierra en que se nace.  

En el pensamiento de José Martí se evidencia una clara continuidad en relación con el aliento ético de la educación cubana, cuya figura y obra más alta que le sirve de asidero fue José de la Luz y Caballero. Este educador habanero defendió la necesidad del perfeccionamiento moral y el sentido de la justicia en todos los hombres. Sobre el tema es memorable su sentencia: “Antes quisiera yo ver desplomadas, no digo las instituciones de los hombres, sino las estrellas todas del firmamento, que ver caer del pecho humano el sentimiento de la justicia, ese sol del mundo moral.” (1981, p. 136).

En concordancia con lo anterior, el 26 de noviembre de 1891, en el Liceo Cubano de Tampa, en uno de sus discursos más memorables y enjundiosos José Martí, expresó: “¡Es el sueño mío, es el sueño de todos; las palmas son novias que esperan: y hemos de poner la justicia tan alta como las palmas!” (1963, t.4, p. 273). Es apreciable el sentido ético de la obra martiana, ello le llega de la influencia de los próceres que le anteceden y de la inspiración de los literatos y maestros que fundan una obra de cubanía, eticidad y defensa de la justicia (Vitier, 1994).

  1. Educar desde y para la identidad. Es una de las problemáticas más complejas de la educación en la actualidad. El sociólogo Zygmunt Bauman (2007), señala los retos de la educación en el contexto de lo que él denomina “la modernidad líquida”, este término es una metáfora para aludir a la fluidez y el cambio constante. Señala, con sentido crítico, el hecho de que no hay referentes que perduren y la carencia de certezas, lo cual conduce a la fragmentación interior y a la pérdida de identidad. Prevale el sentido del consumo excesivo y el individualismo. Añade Bauman, que no hay compromisos para toda la vida, tampoco responsabilidades duraderas. Destaca que la sociedad actual se mueve a ritmos acelerados, y cambia aceleradamente condicionada por las TIC.

Estas contradicciones hoy son objeto de investigación de las ciencias sociales en el mundo entero. La problemática del impacto de las redes sociales en la cultura y la educación es objeto de investigación de forma creciente (Cantor-Silva et al., 2018; Pulgarón y Peñate, 2021; Lamadrid-Martínez & Pino-Domínguez, 2022).

José Martí le confirió gran importancia a que la niñez y la juventud tuvieran referentes culturales claros que orienten su educación con arreglo al conocimiento de la historia propia y la identificación afectiva con la misma, la autoctonía de las tradiciones y la cultura, así como la espiritualidad y todas las formas que la expresan para generar sentimientos identitarios. 

América Latina se distingue por el valor de su creación artística, en tal sentido, el Apóstol de Cuba distinguió a América como “la tierra de los rebeldes y los creadores” (1963, t.7, p.301). Del mismo modo, se opuso a la imitación de las modas yanquis o francesas, muy común en su tiempo y, defendió la realización de la vida en correspondencia con la naturaleza continental.

Cada pueblo se cura conforme a su naturaleza, que pide diversos grados de la medicina, según falte este u otro factor en el mal, o medicina diferente. Ni Saint Simon, ni Karl Marx, ni Marlo, ni Bakunin. Las reformas que nos vengan del cuerpo.

Asimilarse lo útil es tan juicioso, como insensato imitar a ciegas. El dinerismo nos pudre y guerreamos contra el dinerismo. Antes teníamos más hombres felices: ahora tenemos más fieras y más bestias. (1963, t.7, p. 378)

Sustentó la originalidad como una necesidad insoslayable del momento. En el ensayo “Nuestra América”, sentenció:

Ni el libro europeo, ni el libro yanqui, daban la clave del enigma hispanoamericano (...) Los jóvenes de América se ponen la camisa al codo, hunden las manos en la masa y la levantan con la levadura de su sudor. Entienden que se imita demasiado, y que la salvación está en crear. Crear es la palabra de pase de esta generación. (1963, t. 6, p.20)

La educación y la escuela debe fomentar la creatividad como atmósfera esencial del proceso de formación conforme a la naturaleza del ser humano de estas tierras. Tiene la educación cubana el deber urgente de retomar a José Martí, como raíz y referente cultural principal de la historia nacional. Su obra, es inspiración y apego a la historia, a lo épico, a la tradición creadora, a la poesía y al arte genuino que se compromete con el pueblo, lo refleja y contribuye a su perfeccionamiento.

  1. La educación científica. En la actualidad se defiende la pertinencia de la educación científica como propósito de los sistemas educativos, especialmente para la región iberoamericana (UNESCO, 2021). Incluye el valor de la ciencia y el empleo de la tecnología como medios de solución de problemáticas propias de la contemporaneidad.

El citado informe de la UNESCO (2021), hace énfasis en la atención por la vía científica de los siguientes aspectos:

El cambio climático, generando nuevas condiciones de entorno –en muchos casos de la mano de serias amenazas-, así como, la necesidad de modificar la matriz energética, tanto por el agotamiento de las reservas como por las secuelas contaminantes del uso masivo de la actual. (p. 32)

Estas problemáticas deben ser atendidas tempranamente por el Sistema Educativo, por los contenidos de estudio de los programas escolares y por la atmósfera de estímulo y desarrollo al pensamiento científico. Hoy el seguimiento a la denominada Tarea Vida en Cuba desde la escuela es una clara expresión de lo antes mencionado.

José Martí defendió la introducción de lo científico en la educación, desde la inserción de los contenidos de ciencia en los programas escolares y el enfoque científico del proceso educativo, en el estilo sencillo y práctico de la enseñanza, en atención a los problemas de la vida, a lo útil, al desarrollo, en llevar la ciencia como “savia”, como “espíritu”, como fundamento del proceso de formación del hombre, donde ésta se manifieste no sólo en lo que estudia, sino en cómo se estudia (Escribano, 2006). El Apóstol de Cuba, escribió:

Y no está la reforma completa en añadir cursos aislados de enseñanza científica a las universidades literarias; sino en crear universidades científicas, sin derribar por eso jamás las literarias; en llevar el amor a lo útil, y la abominación a lo inútil, a las escuelas de letras; en enseñar todos los aspectos del pensamiento humano en cada problema. (1963, t.8, p. 282)

La escuela cubana, siendo fiel al espíritu martiano en este tema, debe sistematizar y acrecentar la presencia de lo científico en su proceso pedagógico, en la actualización constante de los contenidos en los programas de estudio, en la concepción de la actividad investigativa como ámbito formativo del pensamiento científico desde los niveles iniciales, en el estímulo de la Cultura de la Naturaleza, que implica el fomento de bosques, jardines martianos y actividades que se vinculen con la filosofía del desarrollo sostenible, en el estudio efectivo del idioma inglés especialmente, en la difusión y el estímulo a todo lo que de alguna manera irradie y dignifique el espíritu de la ciencia.

  1. El desempeño profesional de los docentes y el carácter inclusivo de la educación. El Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (Informe GEM, por sus siglas en inglés) de 2020, señala que las desigualdades se han exacerbado durante la pandemia. Por su parte, en el referido informe, la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, señaló:

Repensar el futuro de la educación es tanto más importante tras la pandemia del Covid-19, que exacerbó y puso de relieve las desigualdades. Si no se actúa, se obstaculizará el progreso de las sociedades. (UNESCO, 2020)

En buena medida el progreso y el desarrollo de las naciones depende de la calidad de la educación, las garantías de acceso que ofrece y el desempeño profesional pedagógico de sus docentes (Escribano, 2018).

La diversidad está en la sociedad, en la cultura y en los seres humanos, cada personalidad es diferente, la educación como proceso debe concebirse sobre la base de la atención y el estímulo a la diversidad. La educación de esencia inclusiva es un propósito global, sobre el cual es necesario continuar brindando garantías. La idea de la escuela abierta a las diferencias regida por el principio de brindar una formación pertinente para cada ser humano está en la base de la concepción de José Martí sobre la educación.

Un factor esencial en el cumplimiento de este principio obedece al desempeño del docente, que requiere preparación profesional, actualización constante y ejercicio creativo de sus funciones profesionales con sentimiento y conciencia del alcance de su misión humana.  

Esa actividad exige que su preparación, su capacitación y su graduación se transformen en procesos permanentes. Su experiencia docente, si es bien percibida y bien vivida, va dejando claro que requiere una capacitación constante del educador, capacitación que se basa en el análisis crítico de su práctica. (Freire, 2010, p. 46)

El docente debe estar en constante autosuperación, en constante autoperfeccionamiento, la labor docente demanda del ejercicio de la investigación, la innovación y la creatividad. “La clave de los profesionales innovadores está en el perfil de los formadores” (Figueira, s.f.). Hoy se defiende la creatividad y la innovación como competencias esenciales para el siglo XXI (Wagner, 2014). La educación que concibió José Martí, se sostiene en desatar el enorme potencial humano, original y creativo del ser humano que habita en estas tierras.

La naturaleza humana y sobre todo, las naturalezas americanas, necesitan de que lo que se presente a su razón tenga algún carácter imaginativo; gustan de una locución vivaz y accidentada; han menester que cierta forma brillante envuelva lo que es en su esencia árido y grave. No es que las inteligencias americanas rechacen la profundidad; es que necesitan ir por un camino brillante hacia ella [1] (1963, t.6, p.235).

La brillantez se trasluce en motivación, en comunicación empática que debe existir necesariamente en cada aula como una auténtica comunidad de aprendizaje y crecimiento personal. Así lo pensó el Apóstol con meridiana claridad al sentir la irrupción americana en su pensamiento.

En resumen, en su tiempo José de la Luz (1981), reclamó tener al magisterio con la finalidad de direccionar los destinos de la nación cubana, José Martí pensó y actuó en consecuencia. Para el ejercicio de la educación se requiere integridad, espíritu de superación, creatividad y más que todo: humanismo, para estar en concordancia con su concepción sobre esta importante actividad humana: preparar seres humanos para la vida. 

 

Conclusiones

En la obra de José Martí se aprecia una concepción sobre la educación, la cual resulta coherente con el centro vital de su obra: hacer causa común con los oprimidos y propiciar las condiciones de libertad plena y desarrollo para Cuba y los pueblos de América. Su concepción de la educación, en este orden se inserta en un proyecto cultural liberador de transformación social para toda la región, para añadir una estrofa al poema de 1810.

Su concepción sobre la educación se ajusta a las necesidades de libertad y desarrollo plenos de los pueblos de la región, en tal sentido la dialéctica de su pensamiento propicia la vitalidad necesaria para propiciar la aplicación de dicha concepción en arreglo a las condiciones contextuales.

Su concepción sobre la educación se resume como preparar al hombre para la vida, ello comprende la formación humana con un sentido de integralidad en la escuela cubana actual. Aplicar las ideas de José Martí sobre el complejo proceso de educar en el escenario del siglo XXI implica un aporte teórico con un sentido práctico de arraigo a la realidad en la que responde a las demandas actuales de aprender por sí; educar en valores; educar desde y para la identidad; educar en la ciencia; y, la mejora continua del desempeño profesional de los docentes con un sentido inclusivo de la educación. Confirma de este modo, la necesaria presencia en la escuela y en los procesos de formación de quien constituye el continuador de lo mejor del pensamiento revolucionario y el guía certero de la cultura, la educación y la independencia de Cuba y del continente latinoamericano.

Es posible y necesario, según la concepción de José Martí, lo cual se retoma en el espíritu de los resultados obtenidos en el proyecto de investigación, enseñar a pensar, adoptar una postura crítico-transformadora de la realidad, manifestarse favorable a la ciencia, la innovación y la creatividad, y a la par de ello, educar los sentimientos de apego a la lengua materna, la historia, el conocimiento de las tradiciones, la autoctonía y la identidad, lo cual debe ser enriquecido todos los días en los salones de clases, donde haya espacio para todos/as y caminos para erigir proyectos de vida y desarrollo afin con las necesidades de estas tierras.

 

 

 

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Biodata

Elmys Escribano Hervis: Doctor en Ciencias Pedagógicas del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas (1999). Licenciado en Educación Pedagogía-Psicología de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona (1985). Profesor Titular de la Universidad Matanzas (2007). Fungió desde mayo 1997, hasta julio de 2014 como Vice-Rector de Investigaciones, Postgrados y Relaciones Internacionales de la Universidad de Ciencias Pedagógicas de Matanzas. Su tesis de grado: “La concepción de la educación en la obra de José Martí”, fue merecedora del Premio Nacional a la mejor Tesis de Grado (1999). Ha publicado sistemáticamente el resultado de sus investigaciones en varios libros, capítulos de libros y revistas cubanas y extranjeras. Ha sido conferencista en eventos internacionales en Cuba, México, Venezuela, Ecuador, Chile, Perú y Bolivia. Coordinador del Simposio Internacional Educación y Cultura en Iberoamérica (desde 1996 a la actualidad), presidente del Comité Académico del programa de la Maestría en Educación de su Universidad (desde el 2000 hasta la actualidad) que ostenta la categoría de programa de excelencia. Desde su fundación en 1997, es director de la revista Atenas, que está alojada en la Web de la Ciencia y árbitro de más de 10 revistas internacionales. Miembro del Consejo Técnico Asesor del MINED y de la filial matancera de la Academia de Ciencias de Cuba. Es experto del Programa Científico Nacional: “Sistema educativo cubano. Perspectivas de desarrollo”. Asociado a este programa dirige el proyecto científico: “Educar con José Martí en la escuela cubana”. 

 

Ruhadmi Boulet Martínez: Máster en Educación (2009) y Profesora Auxiliar de la Universidad Matanzas. Licenciada en Educación especialidad Matemática – Computación (1999).  Trabaja en la Dirección de Relaciones Internacionales de la Universidad de Matanzas. Maquetadora de la revista Atenas y de la Revista Iberoamericana de Investigación Educativa. Miembro del proyecto científico: “Educar con José Martí en la escuela cubana”. Investiga y publica sobre este tema y además en problemáticas referidas a la educación mediada por tecnologías.

 

[1] Lo resaltado es del autor de este artículo.