Argumentos

Tejiendo valores en los ecosistemas educativos: apuestas para el cambio

Weaving values in educational ecosystems: bets for change

Bárbara Maricely Fierro Chong
Universidad de Matanzas, Cuba
Ángela María García Caballero
Universidad de Matanzas, Cuba
Haydee Acosta Morales
Universidad de Matanzas, Cuba
Fulvia Morales de Castillo
Universidad de Panamá, Panamá

Entretextos

Universidad de La Guajira, Colombia

ISSN: 0123-9333

ISSN-e: 2805-6159

Periodicidad: Semestral

vol. 17, núm. 33, 2023

entretextos@uniguajira.edu.co

Recepción: 20 Marzo 2023

Aprobación: 15 Junio 2023



DOI: https://doi.org/https//doi.org/10.5281/zenodo.8218453

Resumen: El propósito es argumentar la significatividad de fomentar valores desde una ética, sustentado en los fundamentos de la neuroeducación, la transición ecológica y la literatura, tres calas que se articulan para la formación y desarrollo de valores en la escuela actual. Se desarrolla la idea de la necesidad de transformar los procesos en los ecosistemas educativos a tenor de las exigencias del mundo en la tercera década del siglo XXI, el empleo de métodos teóricos de la investigación y la recuperación de vivencias de las autoras fertilizan el propósito planteado.

Palabras clave: valores, literatura, ecología, neuroeducación.

Abstract: This article focuses on arguing the significance of promoting values from an ethic, based on the foundations of neuroeducation, ecological transition and literature, three coves that are articulated for the formation and development of values in the current school. The idea of the need to transform the processes in the educational ecosystems in accordance with the demands of the world in the third decade of the XXI century is developed, the use of theoretical research methods and the recovery of experiences of the authors fertilize the proposed purpose.

Keywords: values, literature, ecology, neuroeducation.

Introducción

“La educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor”

Paulo Freire

La tercera década del siglo XXI se presenta marcada por grandes signos que reclaman de la atención de los seres humanos para una sensibilización en torno a la sostenibilidad del planeta Tierra y a la vida humana, en peligro de extinción por la compleja e inadecuada interacción de las personas con la naturaleza a lo largo de la historia. En tal sentido, la educación, como sistema que articula las acciones de la familia, la escuela y la comunidad, exige de nuevas formas para reinventarse y dar respuesta a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Unesco (2021) y en cada país, a su Plan Nacional de Desarrollo hasta 2030.

Los usos desmedidos de las tecnologías, el crecimiento exponencial del empleo de las Inteligencias artificiales, las continuas migraciones humanas, el envejecimiento y la amenaza de fenómenos naturales, invitan, como nunca antes, a reinventarse la educación, a dar una nueva mirada a las ya cansadas formas de trasmisión de la cultura para alcanzar las aspiraciones en la formación integral de niños, adolescentes y jóvenes, al mismo tiempo que asegurar una vejez digna para quienes lo han ofrecido todo a lo largo de su vida.

La crisis generada por la pandemia de COVID 19, las injustas y desiguales contiendas bélicas provocadas por las ambiciones humanas, las grandes catástrofes naturales y los avances insospechados a pasos agigantados en las tecnologías de la información han cambiado el mapa social a una velocidad vertiginosa en que se hacen más insondables las desigualdades. En este contexto, los valores morales que adornan la personalidad constituyen la mejor joya de la sociedad, necesaria de ser preservada.

¿Qué hacer para lograr una transformación que vaya más allá de lo meramente formal?, ¿urge instaurar formas novedosas y creativas sin perder la esperanza de que los seres humanos tienen una segunda oportunidad sobre la tierra? Ante la profecía de los Buendía en Cien años de soledad, el pensamiento de José Martí recobra su presencia espiritual en este lado del mundo, en las repúblicas americanas conectadas por una cosmovisión y una identidad, al plantear que “(...) la madre del decoro, la sabia de la libertad, el mantenimiento de la República y el remedio de sus vicios, es sobre todo lo demás, la propagación de la cultura” (1975, p. 301).

En esta idea subyace un conjunto de saberes proteicos de interculturalidad y etnoeducación en que se debe concretar también esta otra venida de su ejercicio del magisterio: “Las cualidades morales suben de precio cuando están realzadas por cualidades inteligentes” (Martí, 1975, p. 375), en ello la lectura como medio para entrar en contacto con la cultura de la humanidad, oportunidad para pensar a los otros y a sí mismo, posee un valor educativo en los diferentes ecosistemas que se integran: la escuela, la familia y la comunidad.

Ante la problemática de preservar lo mejor del ser humano, formar y desarrollar valores en los diferentes contextos, se comparte en este trabajo que es pertinente lo que diversos investigadores expresan en torno a los presupuestos de las neurociencias en su articulación con las disciplinas que le son afines, mientras que en diversas redes de conocimientos se llama a la activación y atención a los ecosistemas educativos como espacios de reencuentro de la institución educativa, las organizaciones de la comunidad y las familias para lograr los objetivos de la educación.

En tal sentido, la formación y desarrollo de valores en la personalidad de niños, adolescentes y jóvenes sigue siendo una cuestión de prioridad para todos los países, en el contexto de la educación en todos los ámbitos. Como desafío ético de las condiciones actuales de la educación hay que asumir que “tanto los docentes como los estudiantes están cada vez más inmersos en el uso de tecnologías y plataformas que optimizan, por un lado, la transmisión de conocimientos y, por otro, la adquisición de nuevos aprendizajes” (Flores-Vivar et. al, 2023, p. 4), lo que implica la innovación y creatividad en la enseñanza.

Lo anterior conduce a replantearse la idea de hallar nuevos cauces teórico – metodológicos, que articulen la ciencia de la conciencia, integren el conocimiento y valores, razón y sentimientos, aplicables para una reinvención de la educación sobre la base de prácticas innovadoras que apoyen las transiciones ecológicas y digitales. Al respecto, es necesaria la búsqueda de estrategias que, en los contextos socioculturales pospandemia, ofrezcan la posibilidad de formar valores en los ecosistemas educativos.

Tres perspectivas pueden ayudar a la comprensión de un camino para las influencias que posibilitan tejer valores en los ecosistemas educativos: la ecología, porque es esencial reinstalar el acervo de los escenarios formativos; la neuroeducación, por el viraje que demanda la actuación de los agentes educativos y la literatura, por la capacidad de reinventar nuevas formas de hacer, como espacio de lo posible.

A partir de ello, constituye un propósito en este artículo argumentar cómo la formación y desarrollo de valores requieren de nuevas formas de expresión para lo cual se revela la significación de tejer los valores en los ecosistemas educativos, con el fin de lograr con efectividad un sistema de influencias de todos los actores y agentes educativos.

Desarrollo

Ante los grandes desafíos de la educación en la tercera década del siglo XXI de emplear de manera efectiva las tecnologías como herramientas no solo didácticas, sino educativas, desarrollar la colaboración, la creatividad, el pensamiento crítico y las habilidades de comunicación interpersonales; la escuela y los ecosistemas que articulan con ella como la familia, las instituciones de la comunidad, los medios de comunicación, han de ofrecer una educación centrada en la formación y desarrollo de valores en la personalidad, acordes con las características de la edad y el contexto histórico-cultural para el que el individuo se prepara.

En ese proceso de formación y desarrollo de valores se reconoce el pensamiento de los padres fundadores de las naciones latinoamericanas como un manantial de posibilidades para educar en valores, sustentados en un modelo de ética surgido a partir de las categorías pedagógicas formación y desarrollo.

Los retos de la educación en la tercera década convocan a prestar atención a problemáticas que entrañan una alta responsabilidad ciudadana en los diferentes roles en que se desenvuelve la vida en las sociedades contemporáneas, en particular por la necesidad de acortar las brechas que en el orden sociocultural no aseguran una educación de calidad, para el logro de la equidad y la justicia social de cara a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, a las metas de la Unesco y de las aspiraciones de los países latinoamericanos que buscan alternativas y estrategias encaminadas a la formación humana.

Los referentes del ICCP (2019), Arboleda (2020), devienen sustento de la necesidad de tejer comprensiones para lograr una educación plena que tiene en los valores su más alta expresión; en este camino, las neurociencias (Zaro et. al, 2010; Lamus et. al, 2023) sostienen fundamentos para alcanzar nuevos saberes que faciliten articular ética, conciencia y cultura en las fórmulas del diálogo para elevar los aprendizajes a favor de un pensamiento crítico y creativo.

De acuerdo con Addine y García: “el carácter complejo de los problemas que se enfrentan en la contemporaneidad exige cada vez más el avance hacia la esfera de la integración de las ciencias” (2022, p. 1), lo que se revela con mayor énfasis en el proceso de formar y desarrollar valores en una educación de calidad, que responda a las necesidades de una inclusión social, a tono con la diversidad cultural de los contextos educativos, signados en esta década por las transiciones ecológicas y digitales.

Entre los referentes se considera acertado lo que plantea Díaz-Gibson et. al (2020) acerca de los ecosistemas educativos, cuyo liderazgo busca la consecución de los objetivos propuestos mediante la apertura y la conexión entre organización y entorno. Justamente, los valores se tejen en las relaciones interpersonales, en el diálogo intersubjetivo con la mejor tradición, en las vivencias generadas en los espacios de aprendizajes, se nutren de la cultura, se impulsan con la creatividad del docente y con el papel de las instituciones educacionales.

En este sentido, son claves los referentes planteados por Barba (2005), Barbera (2008) y Antúnez (2009) acerca de la educación en valores. Barba señala que desde “un sentido formativo de la escuela y de su eficacia, tanto social como pedagógica, la educación es por naturaleza, una cuestión de valores, un proceso de formación moral” (Barba, 2005, p. 9). Por otro lado, Barbera dice: “La educación en valores supone acciones ontológicas y axiológicas trascendentes que la fundamenten como propuesta ética y política, y así se hacen vida en una comunidad existencial concreta e histórica” (Barbera, 2008, p. 111), mientras que Antúnez expresa: “La educación en valores se justifica por la necesidad que tenemos los individuos de comprometernos con determinados principios éticos que nos sirvan para evaluar nuestras propias acciones y las de los demás” (Antúnez, 2009, p. 15).

En el contexto de la región, en México se plantean siete ejes articuladores de la nueva escuela mexicana que integran un plan de acción para asegurar una respuesta a las aspiraciones sociales, y de la Unesco; en Panamá, la problemática de la lectura es vista desde los actores que son los estudiantes y los educadores. Por su parte la educación cubana desarrolla desde finales de la segunda década del siglo XXI un nuevo proceso de perfeccionamiento, dado en llamar el III perfeccionamiento de la educación cubana: En sus documentos programáticos, el ICCP, plantea:

El reto pedagógico esencial en el siglo XXI para la formación de las nuevas generaciones tendrá que considerar, entonces, el concepto de educación para la vida desde una perspectiva dialéctica de lo global y lo particular y en tramas diversas, donde todos y cada uno de los factores que en dicho proceso se inserten contribuyan con eficiencia a esta aspiración. (2019, p. 1)

Significativo el papel de las universidades, enfatizado en la Conferencia Regional de la Educación Superior en 2022 y en el X Congreso de Cátedras Unesco en base a la lectura y la escritura, en Panamá, 2022. Al respecto, el proceso de enseñanza-aprendizaje en la Educación Superior está dirigido a la formación de profesionales que posean un alto nivel científico e ideológico, como componentes de la cultura, para que, según su objeto de trabajo, se desempeñen integralmente en la solución de los problemas profesionales, en los diferentes sectores de la economía, la producción, los servicios, la política y la sociedad en general.

En este constructo teórico, de acuerdo con Páez (2019), se asume la cultura como creación humana en su devenir histórico; en relación con la naturaleza, la ciencia, el trabajo y el desarrollo de los pueblos sobre la base de sus condiciones socioculturales, que en los contextos de los pueblos latinoamericanos implica la interculturalidad, a lo que se añade la impronta de las interacciones sociales, como epicentro del aprendizaje, aun cuando los ecosistemas digitales conforman un escenario propicio para ello.

En este trabajo se otorga particular interés a los ecosistemas educativos: la escuela, la familia, la comunidad, los cuales configuran acciones encaminadas a perfeccionar las formas de educar y enseñar de acuerdo con los diferentes ritmos de aprendizajes, creación de espacios en los cuales las emociones, intereses y actitudes se reactiven en función de los contextos socioculturales.

Trabajar por lograr que los ecosistemas educativos puedan ofrecer a la sociedad satisfacción de sus necesidades en todos los ámbitos, a partir de las alianzas, exige de la mirada de las ciencias de la educación y ubicarse en el centro de la formación de valores y la existencia de buenas prácticas en esta dirección.

Las relaciones del ser humano con el medio ambiente y las desmedidas tendencias de las tecnologías conducen a replantearse con sistematicidad las siguientes ideas:

  1. Brindar flexibilidad para asegurar a los jóvenes las opciones en su proyecto de vida dirigido a su desarrollo integral, dando valor a los atributos personales, individuales, a sus subjetividades.

  2. Preservar la identidad, en un ámbito de una educación inclusiva, de una cultura que aglutine valores éticos en un sentido ecológico, en coherencia con las tradiciones, costumbres, la lengua, la literatura y el patrimonio cultural.

  3. Reinventar la manera de enseñar, dado que la escuela es el centro cultural más importante de la comunidad, pero no el único por cuanto cada vez los aprendizajes son cada vez más interactivos.

  4. Vivenciar los procesos formativos con personas queridas por sus estudiantes pensando en la persona y en historias de vida que favorezcan habilidades socioemocionales.

  5. Acortar brechas de desigualdades para el acceso a la tecnología, en un escenario signado por el uso desmedido de las redes sociales.

Justamente, para cumplir la aspiración de la educación centrada en los estudiantes, se revelan tres calas para tejer los valores en los ecosistemas educativos, al integrar visiones que faciliten buscar estrategias de aprendizajes interculturales, interdisciplinarias, en las cuales se aporte en todos los ámbitos, el respeto, la tolerancia, en un proyecto de educación en que se fomente el diálogo, la comprensión empática, crítica, social y creativa. Las transiciones ecológicas y digitales que se configuran, requieren de una escuela como ecosistema que implica relaciones sociales e interrelaciones personales de los actores que intervienen, del sistema de influencias educativas integradas.

El enfoque histórico-cultural supone entender y proyectar la perspectiva de las subjetividades, buscar soluciones colectivas con visión inter y transdisciplinar. Por ello, en este estudio, generado desde el proyecto de investigación institucional “Educación, valores, ciudadanía: retos para el desarrollo de la personalidad del profesional universitario matancero”, se sostiene y abraza una idea de la pluridimensionalidad de los valores (Fabelo, 2003) con énfasis en la relación de los planos objetivo y subjetivo de estos.

Los referentes que ofrecen las ciencias de la educación revelan la necesaria articulación de los procesos educativos para formar y desarrollar valores, con un enfoque sociocultural interdisdisciplinar y multidisciplinar, en tanto la generación de vivencias promueve personas sensibles, críticas, creativas, resilientes e innovadoras.

Se identifican tres apuestas que ofrecen visiones integradoras a este proceso:

Una mirada ecológica para fomentar los valores

El mundo en que vive la humanidad, interconectado por redes de conocimientos, implica desarrollar en los sujetos una conciencia que les permita comprender, confrontar, verificar su realidad por sí mismos; aprender desde el entorno y las voces de la naturaleza para que sean cada vez más participativos (Lamus et. al, 2023), requiere de una conciencia ambiental para salvar la especie humana y promover ecosistemas educativos más amigables con el medio ambiente. Si bien el concepto de transición ecológica abarca el conjunto de medidas y estrategias adoptadas en la esfera política, económica y social para la lucha contra la contaminación y para la protección de la biodiversidad y de los recursos naturales, está necesariamente asociado a la significación social positiva que posee el cuidado ambiental ante el cambio climático.

En este contexto, la transición ecológica es un proceso de transformación social con el objetivo de avanzar hacia un modelo de desarrollo sostenible, para la mitigación del cambio climático sin obviar la vinculación al desarrollo rural y a la preservación de los servicios ecosistémicos esenciales para el bienestar y la salud humanas como el agua, el suelo, los bosques, los océanos, el paisaje, la cultura y la biodiversidad.

Fomentar una ética ecológica que concibe al ser humano como integrado en un medio en el que comparte su vida con otras especies conduce a desarrollar una actitud amigable con el medio ambiente, formas creativas e innovadoras para la sostenibilidad.

Neuroeducación: nueva visión para revitalizar la educación

La atención que se le ofrece como nunca antes a los referentes de las neurociencias, para ofrecer nuevas miradas al aprendizaje y con ello a la enseñanza, desde el funcionamiento del cerebro, condujo a examinar los estudios neurológicos que examinan los procesos y comportamiento del aprendizaje (Zaro et al., 2010). En esta perspectiva, la neuroeducación nutre al proceso de formación y desarrollo de los valores al integrar la neurociencia, la pedagogía y la psicología.

Al respecto, son de interés en este estudio los aportes de Campos (2002) acerca de la Neuroeducación como línea de pensamiento y acción que promueve rigurosa formación interdisciplinaria que contribuye significativamente a los procesos de aprendizaje, enseñanza y desarrollo humano.

De acuerdo con Codina (2014), citado en Pérez-Esteban et. al (2016), la neuroeducación alude a una visión transdisciplinar en la que intervienen diversas disciplinas, las cuales aportan los basamentos de la ciencia para el aprendizaje y la educación. Por tanto, se ha generado un fuerte impacto en la educación y con ello, en la formación y desarrollo de valores, que se requiere activar en los ecosistemas educativos.

Irrumpe hoy la necesidad de un proceso pedagógico dirigido a potenciar la esfera afectiva como complemento de las habilidades cognitivas para facilitar el desarrollo integral de la personalidad en que la educación emocional es de suma importancia. De acuerdo con Meneses “La neuroeducación es un marco en el que se colocan los conocimientos sobre el cerebro y la manera como éste interactúa con el medio que le rodea en la vertiente específica de la enseñanza y el aprendizaje” (sic) (Meneses, 2019, p. 210).

Rodríguez (2022), en su referencia a la neuroenseñanza, aporta interés particular al proceso lector, y con ello no solo a la capacidad para la comprensión, sino al lugar de las emociones, que genera una mayor posibilidad de sensibilización, participación crítica y afectiva en la toma de decisiones.

Trenzando los referentes de fomentar valores, la neuroeducación puede sostener una buena percepción, comprensión empática y regulación emocional encaminada a la disposición a aprender a ser, en sus diferentes maneras de estar.

Literatura como espacio para fertilizar el sentir, pensar y actuar

Las últimas décadas transcurridas han llevado a una crisis de la lectura literaria, no del leer, a partir del crecimiento de las redes sociales y la aparición de múltiples códigos de leer, dialogar. La literatura posibilita el reconocimiento de saber leer e interpretar de manera responsable, juiciosa y profundamente ética. mirar a la igualdad de género, el empoderamiento de la mujer, la educación saludable y nutricional, el amor y cuidado de la naturaleza, aprovechar lo que nos ofrece el entorno.

La lectura literaria genera vivencias, ayuda a la capacidad de aprendizaje, favorece el desarrollo de la emocionalidad, en la literatura se integran saberes que se hallan en el campo de la interculturalidad, y que configuran los procesos de etnoeducación al ofrecer vías a todos de reconocerse como parte de un ecosistema educativo.

Mediante la literatura se puede reconstruir una nueva cultura de conciencia planetaria porque como afirmó Roland Barthes “hablamos nuestra ciudad, la ciudad donde nos encontramos, simplemente por habitarla, por recorrerla, por mirarla” (1990, p. 260), es decir, el lenguaje, el discurso incluyente, de acoplamiento continuo, determinará las nuevas formas de vida y salud planetaria en el modelo de multiplicidad de realidades que pudiera ayudar a crear una visión ecológica.

Ese emocionar relacionado con el pensamiento, la intuición y la conciencia lo expresan los poetas y los autores a partir de su conocimiento trascendente de las realidades de Panamá, Cuba o México o de toda nuestra América, donde se debe establecer una conexión de relaciones consensuales, y no ignorar al otro, donde lo que interactúa es la solidaridad, la humanidad. Así, la literatura es la gran apuesta que nos mantendrá humanos, capaces de criticar y reflexionar sobre nuestra propia vida y la del planeta.

Si la ecología nos pone frente al desafío de la supervivencia humana, y la neuroeducación ofrece nuevos horizontes para el desarrollo de la inteligencia, la literatura constituye el espacio de la utopía en que se tejen los mejores valores si están conducidos adecuadamente por los agentes que intervienen en los ecosistemas educativos, válidos en todas las regiones.

Conclusiones

El desafío de la vida humana en esta década exige de la escuela su conformación como un ecosistema educativo en que se tejen los valores morales que adornan las cualidades de niños, adolescentes y jóvenes en el contexto de familias y comunidades que de conjunto con la escuela conforman un sistema de influencias.

La formación y desarrollo de los valores constituyen el tejido de la vida, en que la literatura, sustentada en las vivencias y emociones genera nuevos aprendizajes para la vida, matizados hoy, como nunca antes, por las investigaciones que aportan las neurociencias y en un mundo que reclama de la ecología en todos los ámbitos de la vida.

Notas

Referencias bibliográficas Addine, F., García, G. (2022). “Formación interdisciplinaria a nivel doctoral en Cuba”. ¿Proceso y resultado? Revista Cubana de Educación Superior, 41 (Sup.1).

Antúnez, S. (2009). Cómo educar en valores. Madrid: Nárcea.

Arboleda, J. C. (2020). “Hacia una didáctica comprensivo edificadora”. En: Hacia una didáctica humanista (pp. 389-460). Madrid: REDIPE-UNED.

Barba, B. (2005). “Educación y valores. Una búsqueda para reconstruir la convivencia”. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 9-14.

Barbera, G. (2008). María Guadalupe Ramos: la educación en valores. Revista Educación en Valores, 1(8), 110-118. Universidad de Carabobo. Venezuela. https://acortar.link/kQTgGQ

Barthes, R. (1990). La aventura semiológica. Barcelona: Paidós Comunicación.

Campos, A. L. (2002). Understanding the Brain: Towards a New Learning Science. OECD.

CEPAL. Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social 2030 de Cuba. Observatorio Regional de Planificación para el Desarrollo de América Latina y el Caribe. https://observatorioplanificacion.cepal.org/es

Codina, M. J. (2014). “Neuroeducación: reflexiones sobre neurociencia, filosofía y educación”. Postconvencionales: ética, universidad, democracia, (7-8), 164-181. https://acortar.link/oDGsu8

Díaz-Gibson, J., Dali, A. (2020). What if we understand Schools as a Learning Ecosystems in times of COVID-19 Pandemic. Teachers College Record.

Fabelo, J. R. (2003). Valores y sus desafíos actuales. La Habana Editorial José Martí.

Flores-Vivar, J. M., García, F. J. (2023). “Reflexiones sobre la ética, potencialidades y retos de la Inteligencia Artificial en el marco de la Educación de Calidad (ODS4)”. Comunicar, 74.

Instituto Central de Ciencias Pedagógicas (ICCP). (2019). Documentos para el perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación. ICCP.

Lamus de Rodríguez T. M., Moreira-Choez, J. S., & Castro, G. J. (2023). “Propuesta de formación docente para incentivo de la resiliencia, la neurociencia afectiva y cognición social de alumnos que estudian en pandemia”. Revista Científica Uisrael, 10(1), 41–60. https://doi.org/10.35290/rcui.v10n1.2023.640

Martí Pérez, J. J. (1975). Educación popular, en José Martí. Obras Completas Tomo XIX. 375 p. La Habana. Editorial de Ciencias Sociales.

Martí Pérez, J. J. (1975). Tilden, La República, Nueva York, 12 de agosto de 1886, en José Martí. Obras Completas, Tomo XIII, 301 p. La Habana. Editorial de Ciencias Sociales.

Meneses-Granados, N. (2019). “Neuroeducación. Sólo se puede aprender aquello que se ama, de Francisco Mora Teruel”. Perfiles Educativos, 41(165), 210-216. https://doi.org/10.22201/iisue.24486167e.2019.165.59403

Pérez-Esteban, M., Martos, A., Barragán, A., Simón, M., Molero, M., Pérez, M. & Gázquez, J. (Ed.) (2016). Avances de investigación en salud a lo largo del ciclo vital. Madrid, España: ASUNIVEP.

Rodríguez, A. (2022). ¿Cómo leen los estudiantes? ¿todos iguales? Diversidad lectora y neuroenseñanza. Conferencia ofrecida en la Cátedra de Lectura y Escritura de la Universidad de Matanzas, Cuba en el marco del XIII Simposio Internacional Educación y Cultura en la Universidad de Matanzas, Cuba.

Unesco (2021). Las TIC en la educación. https://es.unesco.org/themes/tic-educacion

Zaro, M., Menezes, R., Ribeiro, L., Spindola, M., Ponzio, A., Bonini-Rocha, A. & Timm, M. (2010). “Emergência da Neuroeducação: a hora e a vez da neurociência para agregar valor à pesquisa educacional”. Ciências&Cognição, 15(1), 199-210.

Modelo de publicación sin fines de lucro para conservar la naturaleza académica y abierta de la comunicación científica
HTML generado a partir de XML-JATS4R