“Que la enseñanza científica vaya, como la savia en los árboles,

de la raíz al tope de la educación pública”.

José Martí[1]

ENTRETEXTOS se honra al dedicar un dossier como homenaje a José Julián Martí Pérez, considerado como el más grande pensador político hispanoamericano del siglo XIX. Héroe Nacional de Cuba, maestro, periodista, escritor y poeta, quien abogó por la educación para todos, en todos los tiempos, al decir de hoy la educación permanente: “La educación empieza con la vida, y no acaba sino con la muerte”[2], dijo a los niños en La Edad de Oro.

La labor pedagógica martiana y sus enseñanzas educativas constituyen inspiración para aquellos que comulgan con sus ideas cuando alude al uso de la razón, a la racionalidad en armonía con la generosidad y la bondad, porque para el Maestro “La felicidad existe sobre la tierra; y se la conquista con el ejercicio prudente de la razón, el conocimiento de la armonía del universo, y la práctica constante de la generosidad[3]. Y más adelante abunda “Ser bueno es el único modo de ser dichoso. Ser culto es el único modo de ser libre”[4], cultura vista como un proceso en continuo enriquecimiento, que se alcanza en la medida en que se recibe en su variedad, concebida esta por José Martí como una ley de la enseñanza, para lograr la siguiente aspiración “El pueblo más feliz es el que tenga mejor educados sus hijos en la instrucción del pensamiento, y en la dirección de los sentimientos”[5]. Para la enseñanza universitaria tuvo aleccionadoras ideas cuando al exaltar la labor pedagógica de la Universidad Central de Guatemala afirmó, de manera elogiosa, al referirse a los jóvenes que allí se formaban: “Anhelan saber para creer. Anhelan la verdad por la experiencia; manera de hacer sólidos los talentos, firmes las virtudes, enérgicos los caracteres”[6].

Y en su visión educativa no faltaron quienes poseían los cabellos canos, sobre los cuales con bellas y sentidas palabras expresa: “Cuando habla un anciano, el alma descansa, confía, espera, sonreiría si tuviera labios, y parece que se dilata en paz[7]”

Profesores investigadores cubanos, de México y España, protagonizan en concierto, la conformación de este número de ENTRETEXTOS.

A nuestros lectores, merecedores de toda nuestra consideración, reciban este pequeño intento de reconocer el legado martiano y la labor docente investigativa de educadores desde Cuba y otros confines del mundo actual.

A los investigadores que dedicaron su tiempo e intelecto a este dossier especial, agradecemos sus enseñanzas y resaltamos su papel como científicos sociales; hoy en tiempos de postpandemia, seguimos con la ilusión que Colombia sea potencia mundial de la vida.

Notas