Se trata de uno de los libros más recientes de Milagros Elena Rodríguez, publicado en septiembre de 2022 en Itapetininga Brasil. El libro se encuentra publicado en la página del editorial: https://hipotesebooks.wixsite.com/cazulo/catalogo o directamente en: https://drive.google.com/file/d/10gQggIk1ZQvMW9G-d-qzQOdvxBMqXtxG/view.

En dicho texto se evidencia el compromiso notorio de la autora por la liberación de los conocimientos-saberes desde la decolonialidad planetaria-complejidad; situación imposible bajo los mismos preceptos de la colonización de la filosofía, la teología y las ciencias en general. Execrando las civilizaciones, saberes y todo lo que con ello dictamine Occidente y el Norte.

La Transfilosofía Sentipensante, deconstruye la filosofía tradicional separada de las ciencias y de la teología, con esencias como la categoría sentipensar.

El libro se presenta en los rizomas: introito; ¿por qué transfilosofar?; sentipensando el sentipensar; re-civilización y condición humana; el eros por la tierra patria; la transfilosofía sentipensante de los saberes ancestrales; la transfilosofía sentipensante en la educación matemática decolonial transcompleja y cierres en aperturas sentipensantes en la tierra-patria. Realmente existen conexiones complejas en todo el texto. Recomendamos el libro en tanto, marca la diferencia; no emite que necesitamos una filosofía latinoamericana, va más allá emite que necesitamos una transfilosofía sentipensante de la Tierra como patria. Y con ello el abrazo de todo lo decolonizado de la filosofía tradicional, con la salvaguarda de lo encubierto en igual grado de importancia. Por ello se regresa a las preguntas originales de la filosofía: ¿Qué es el ser humano? ¿Cuál es su papel en la Tierra? Entre otras que rescatan la concepción compleja de la filosofía antigua de lo que es el hombre: naturaleza-cuerpo-mente-alma-espíritu-Dios.

Es de considerar que “la transfilosofía entendida acá no es la filosofía no teológica que no cuenta nada fuera del ser humano” (Rodríguez 2022, p.20), por el contrario, lo salvaguarda con todas sus conexiones misteriosas y el mar de incertidumbre que la permea. La filosofía no ha escapado de la colonialidad, a partir de varias formas de colonialismo, como lo es el intelectual, donde el colombiano Fals Borda ha tenido estudios en contra las influencias eurocéntricas de la actividad científica; contra la ineficacia pragmática de nuestra ciencia academicista de Occidente; contra el desaprovechamiento de la sabiduría popular (Fals Borda, 1987).

Para la esencia de lo que significa este dossier es imperativo en la reseña del libro referirme al rizoma titulado: la transfilosofía sentipensante de los saberes ancestrales; de especial interés en el contexto que necesitamos. Por ello la recomendación del libro es ejemplar para los lectores del dossier. Emite la autora que los saberes ancestrales al igual que los saberes soterrados de la matemática, por ejemplo, han llevado la mayor parte del ocultamiento en la colonización y luego en la colonialidad del saber, ser, poder, hacer, sentir, pensar y vivir, “de la denigración hasta el punto de colocarlos, cuando son nombrados en saberes menores, de menor valía que los conocimientos que devienen de la ciencias, de la supuesta objetividad impuesta en ella en el paradigma que se creyó rey” (Rodríguez 2022, p.88).

El libro rescata en dicho rizoma de los saberes ancestrales como se llega a la crisis actual, por ello la transfilosofía sentipensante en los saberes ancestrales la complejizamos en categorías como: “sentipensar, transfilosofía, saberes ancestrales, ecosofía, diatopia, condición humana, transmodernidad, entre otras que construyen complejizaciones de especial valía conjugada con el transmétodo”. En el que la hermenéutica comprensiva ecosófica y diatópica hace su mejor escena.

La ecosofía como sabiduría cosmológica, arte de habitar en el planeta; sabiduría del oikos, más allá de la ecología: Hombre-Dios-Cosmos hacia un nuevo equilibrio; es de acuerdo a este autor, la ecosofía una espiritualidad de la tierra (Panikkar, 1994).

Declaro como la autora del texto, en consonancia con la vida de su autora que la transfilosofía sentipensante es deconstructiva, sabia, subversiva, rompe las fronteras de la filosofía tradicional e impera en un mar de incertidumbre donde jamás emite verdades, pues parte de la falseación de las impuestas en la colonialidad; “la transfilosofía sentipensante de los saberes ancestrales es subversiva, “pues en la deconstrucción que lleva limpiando las malezas de la exclusión no olvida que no se debe a saber alguno y se debe a todos; porque en ella alude la vida, y al soslayar regresa a la muerte; si en todo sentido” (Rodríguez 2022, p.105).

La transfilosofía sentipensante de los saberes ancestrales es profundamente salvaguardadora de la Tierra como nuestra casa común; ello va en consonancia con que su bandera, su esencia es darle sentido de originalidad de que es la vida, el sentido del ser humano como creación; por ello “lo místico, lo ancestral se retrae complejamente en su multiplicidad, hologramas y diálogos en las esencias de la teoría de la complejidad que bien son temas en la continuación de las líneas de investigación” (Rodríguez 2022, p.106); son los principios de la complejidad en la transfilosofía sentipensante.

La transfilosofía sentipensante de los saberes ancestrales al ser inclusiva de todas las manifestaciones y patrimonios culturales es salvaguardadora del patrimonio histórico; lo que da sentido complejo de existencia; “ello nos juicio de valores; es saber que si existen civilizaciones que puedan aún salvaguardarse; pues después de la depredación modernista hayan resistido a la debacle deben ser preservadas” (Rodríguez 2022, p.107).

Una transfilosofía sentipensante de los saberes ancestrales como “la etnofilosofía se compone en una filosofía original, que posee la diversidad de saberes ancestrales y actuales; cimentando en las etnociencias, que humaniza ante la crueldad del mundo” (Rodríguez 2022, p.107), que le da sentido de pertenencia y convergencia con las ciencias y el hacer del conocer; pero no se separa de lo ancestral, ni los desmitifica; la etnofilosofía “como una nueva forma de pensar y hacer filosofía desde la interculturalidad pero no es toda la transfilosofía pues esta nace en inclusiones arenosas de decolonialidad planetaria-complejidad-ecosofía-diatopia; que la hacen desde luego con esencias interculturales de primer orden de vida” (Rodríguez 2022, p.107).

Invitamos a conseguir esencia en los virajes decoloniales de los conocimientos - saberes, de la filosofía. Insistimos una vez más en la lectura del libro que nos nutre de un des-ligaje y un re-lijage. Pues es común ver conseguir salvaguardar esencias excluidos bajo el mismo paradigma que lo causo. No es posible ello. Salir del anclaje y de la deuda de entregar y desmitificar nuestras propias civilizaciones a costa de la consideración superior de otras es un terrible error colonial que se sigue cometiendo.

Por ello, con el libro alertamos: no es posible superar la colonialidad bajo exclusiones; ni superioridades, menos investigando bajos los mismos métodos causantes de la crisis. Vamos a dar todo un viraje, a romper las barreras de los métodos, pero ni dar un barrido salvaguardando lo mejor de esto, sentipensando en la Tierra como patria; no es posible la liberación en una sola civilización bajo la amenaza de las otras soslayadas.

Leer el libro es pensarse diferente en la que todos tenemos mucho que aportar a la recivilización de la humanidad, en la que sentipensando la filosofía es esencial, a la decolonialidad planetaria apodíctica de la complejidad (Rodríguez, 2021).

Como dice la autora del libro en el preludio que atendemos con amor profundo por la liberación de la humanidad: Les invito a disfrutar de la lectura sin más pretexto de existencialidad del libro, con ojo a visor fuera de las amaras de la opresión. Gracias Dios por siempre permearme de tu sabiduría.

Nunca es fácil hablar de nuestros propios escritos, pero bajo la conciencia que los permea: el amor de Dios desde su sabiduría, los podemos hacer con humildad, sabiendo que es Dios el dador que merece el honor, la gloria, honra y poder. Gracias Padre.

Notas