Reseñas de libro

Salud mental y medicina tradicional de las comunidades ancestrales Pijaos del Tolima en contextos de violencia

Mental health and traditiona medicine of Pijaos ancestral communities from Tolima in violence contexts

Heiman Nupan Criollo
Universidad de San Buenaventura, Colombia

Entretextos

Universidad de La Guajira, Colombia

ISSN: 0123-9333

ISSN-e: 2805-6159

Periodicidad: Semestral

vol. 17, núm. 32, 2023

entretextos@uniguajira.edu.co



DOI: https://doi.org/https//doi.org/10.5281/zenodo.7883876

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Territorio y violencias históricas

Preguntarse por la relación entre la medicina tradicional y la salud mental de las comunidades ancestrales en contextos de violencia resulta necesario en Colombia y en extensión, en el Abya Yala. Considerando la historia, todos los países de la región, constituyen para los conquistadores el “nuevo mundo”. Están quienes a ciegas aceptan la conquista, incluso, la agradecen. Sin embargo, están quienes la rechazan con vehemencia. De los 115 pueblos originarios reconocidos en Colombia, los Pijaos – aunque antropológicamente debería ser llamados Pinaos – han permanecido hasta nuestros días. La violencia con la que fueron tratados en tiempo de conquista por su aguerrida resistencia implicó para los colonizadores buscar su exterminio, así lo reportaron los cronistas. Sin embargo, los indomables Pijaos no han muerto. Estudios antropológicos recientes del siglo XX y XXI dejan claro su pervivencia.

Los autores se hacen de la etnografía para acercarse a los modos de vida particular de cuatro comunidades Pijaos en los municipios de Ortega, Coyaima, Ibagué y Cunday: Pijaos Cunirco, Bocas de Cumek, Castilla Anonales y Pamanches; encuentran en su vida práctica, formas de atender la enfermedad, cuestión que tiene que ver no solo con lo humano sino también con el Territorio. El Territorio puede estar desequilibrado, enfermo, o, armonizado, saludable. La confrontación armada, las petroleras, las licencias de explotación petrolera, como la presencia de las multinacionales, por ejemplo, hacen que su territorio esté enfermo, y esto, en cadena, afecta su vida comunal. Para retornar la armonía a su Territorio acuden a sus rituales, usos y costumbres de los que son herederos.

Ahora bien, a lo anterior se anudan las violencias, se incorporan a las hispanas, las independentistas, las nacientes republicas y las que han surgido como parte del conflicto armado interno colombiano, que valga la aclaración, no solo tienen que ver con las confrontaciones entre los grupos armados sino también con empresas multinacionales. Para los Pijaos, el Estado también tiene su responsabilidad de lo que han sufrido, es parte de la violencia política por acción u omisión. ¿Cómo conservar el buen vivir en estas condiciones?

Los Pijaos expresan, de la violencia de la que han sido objeto:

Pues la violencia en Colombia, yo creo que ha sido algo que se ha utilizado especialmente con el fin de seguir el proceso de exterminio implantado por los occidentales desde el comienzo, porque la violencia hacia las comunidades indígenas no es nueva, eso no, para nosotros entenderla deberíamos remontarnos a la historia, a la historia desde cómo fue la invasión porque eso ha sido una secuencia, siempre. La violencia en Colombia se ha dado por el dominio territorial, por el acceso a las tierras, al acceso a los recursos naturales y por simple lógica siempre ha sido en su máxima expresión en contra de las comunidades indígenas, tanto así que nosotros fuimos despojados de casi todas las tierras (145)

Salud mental Vs Buen Vivir

La investigación reporta que existe una relación dialéctica entre la cosmosabiduría Pijao y la salud mental. Es de anotar, sin embargo, que el concepto de salud mental es puesto en cuestión, pues en consideración de la cultura Pijao, tal concepto resulta, en exceso, limitado. Esto se debe a diferencias socioantropológicas: el concepto de salud mental es construido desde el pensamiento occidental, que es etnocéntrico; mientras que el de los Pijaos, como muchos pueblos originarios es sociocéntrico, biocéntrico y cosmocéntrico.

El “Buen Vivir”, Sumak Kawasay, es un concepto-práctico que los Pijaos retoman del quechua, aunque es más frecuente el uso de “estar armonizados”: “Los pueblos indígenas de Colombia conciben la salud mental como una manifestación de equilibrio, armonía, espiritualidad y, en general, de “buen vivir”” (p. 98). A diferencia de la salud mental que tiene por principio el cuidado individual, humano; el buen vivir abarca el Territorio y a los no-humanos, seres de la naturaleza o espíritus. Esto tiene implicaciones, en lectura occidental, culturales, económicas, sociales, políticas, ambientales, y por supuesto, subjetivas, psicológicas y espirituales. De allí que la categoría de contexto, usada por la psicología cultural, sea retomada para acercarla a la sentida concepción de Territorio, que usan los originario, para comprender como es que influye este último en la vida de los Pijaos. En suma, los Pijaos son la expresión de su Territorio y su cultura ancestral. Al responder qué es la salud mental, uno de los médicos tradicionales Pijao indica: “Nosotros siempre hablamos del equilibrio, la enfermedad para nosotros es eso, es un desequilibrio que hay y la armonía empieza desde el territorio” (p. 106).

Medicina tradicional y prácticas cosmogónicas

La medicina tradicional es una cuestión colectiva, así exista el especialista o chamán quien la ejerza. Esta medicina mantiene su condición relacional con la cosmosabiduría de su pueblo, eso quiere decir que no está reservada solo para atender humanos, sino también no humanos, esto implica, entonces, un vínculo estrecho con los espíritus de la naturaleza. El tabaco para el medico tradicional, por citar, cuando es usado por el Médico tradicional (MT) se convierte en un otro, que es el que se encarga de limpia y curar. El MT se considera un mediador, conductor, entre el mundo de los espíritus y la realidad humana.

El tabaco y el aguardiente representan el fuego, que a su vez representa el sol; el agua representa la luna, es lo frío, y la incorporación de las ramas es la tierra y la madera; el soplo es el viento, el aire (p. 155).

Se destaca del libro, como los rituales de armonización pueden ser usados tanto para una curación individual como para una “minga de resistencia”. Si se trata de hacer un reclamo al Estado por su autonomía territorial, por ejemplo, las comunidades Pijao se organizan en minga para marchar, y para ello se hace necesario iniciar con sus rituales de limpieza y armonización. Los investigadores describen uno de los rituales:

A simple vista se puede detallar, de manera esquemática, un círculo formado por personas que se han distribuido entre hombre y mujeres de manera equitativa. En el centro se han ubicado dos médicos tradicionales, quienes han dispuesto sus herramientas de curación para el ritual. A esto sumaron tabacos, que fueron repartidos a quienes de manera voluntaria deseasen prender uno. Acto seguido, los médicos tradicionales hicieron una invocación a los ancestros y a sus dioses: Ta, Taiba, Locombo, Lulumoy, Ibanasca. (p. 153).

Para concluir, si bien el libro concentra su atención en un pueblo originario como los Pijaos, su contribución es mayor pues indica la necesidad de ampliar estos estudios en un país tan diverso como Colombia para así, articular los resultados a las acciones políticas del Estado. Sobreponer categorías psiquiátricas como lo hace la Encuesta nacional de salud mental 2015, para tratar la salud mental de culturas étnicamente diversas es otra forma de violencia.

Notas

Referencias bibliográficas Nupan-Criollo, H., Sanabria, J. & Chacón, H. (2022). Salud mental y medicina tradicional de las comunidades ancestrales Pijaos del Tolima en contextos de violencia. Editorial Bonaventuriana
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