Perfiles

Entretextos: Salvaguarda de saberes ancestrales en la Educación Planetaria

Milagros Elena Rodríguez
Universidad de Oriente, Venezuela
Ivan Fortunato
Instituto Federal de São Paulo, Brasil

Entretextos

Universidad de La Guajira, Colombia

ISSN: 0123-9333

ISSN-e: 2805-6159

Periodicidad: Semestral

vol. 17, núm. 32, 2023

entretextos@uniguajira.edu.co



DOI: https://doi.org/https//doi.org/10.5281/zenodo.7832689

Todo lo publicado por revista Entretextos puede ser utilizado por cualquier medio respetando los términos de la licencia con la cual se publica.

Resumen: La motivación inicial de la fundación de Entretextos, revista de Estudios Interculturales desde Latinoamérica y el Caribe, de la Universidad de La Guajira, Colombia, es un compendio inter y transdisciplinar; cuya finalidad es visibilizar las reflexiones e investigaciones en proceso y/o terminadas a partir de una hermenéutica intercultural de los saberes y formas de conocimiento que actualmente se desarrollan especialmente en América Latina y el Caribe. Y diríamos a lo largo de su transcurrir, su compresión planetaria.

Como lo expresa la motivación inicial de la fundación de Entretextos, revista de Estudios Interculturales desde Latinoamérica y el Caribe, de la Universidad de La Guajira, Colombia, es un compendio inter y transdisciplinar; cuya finalidad es visibilizar las reflexiones e investigaciones en proceso y/o terminadas a partir de una hermenéutica intercultural de los saberes y formas de conocimiento que actualmente se desarrollan especialmente en América Latina y el Caribe. Y diríamos a lo largo de su transcurrir, su compresión planetaria.

Su misión propone recuperar e insertar en ciencias latinoamericanas una re-comprensión filosófica e histórica de las representaciones culturales que sirven de escenario a la creación de nuevas prácticas discursivas y de pensamiento, con el propósito de rescindir el paradigma colonial de la modernidad-postmodernidad y hacer más incluyente el paradigma intercultural de los diálogos de saberes; son esas sus motivaciones establecidas en su Página Web, la de Entretextos.

Cuando propusimos el dossier inicialmente titulado: Salvaguarda de saberes ancestrales en la educación planetaria; decíamos que hemos de publicar artículos resultados de investigaciones y/o reflexión que aborden la educación planetaria que representen rupturas definitivas en sus concepciones para la salvaguarda de los saberes ancestrales, grupos culturales: wayuu, huancarami, aimara, piura, guaraníes, kaingangs, entre tantos; conjugados en la transcendencia y recivilización de la humanidad; lejos del falso humanismo fracasado en todos los ámbitos del planeta.

Pero también en el dossier promovíamos la educación planetaria, educar en la era planetaria (Morín, Ciurana, Motta, 2002) pues tiene al pensamiento complejo como manera de aprendizaje en el error y en la incertidumbre humana que puede romper con el egocentrismo del planeta; llevando a desarrollar políticas de respeto por la diversidad con la Tierra como casa.

Sabemos que, en particular en el Sur hay grandes esfuerzos por la salvaguarda de los saberes ancestrales que merecen ser revisitados en la presente convocatoria. Se trata de un número especial propuesto para conciliar la humanidad con los pueblos originarios, sus cosmovisiones que nos llevan a empoderarnos de una verdadera humanidad; sin exclusiones ni preeminencias. También sabemos que en especial, la Educación Patrimonial como salvaguarda de los saberes ancestrales en el proyecto modernista es soslayador y hereda los males de la invasión a este continente, y las secuelas de la colonización del saber y del poder (Rodríguez, 2019a); en general la colonialidad global sigue desmitificando nuestros saberes ancestrales.

Empero, no podemos cegarnos en reconocer la cruel crisis contra los saberes ancestrales y sus portadores. Sin duda, los ancestrales y sus protagonistas están sometidos a: la colonialidad en sus diversas manifestaciones, la política, la epistémica y epistemológica, la axiológica o ética, la praxiológica, la cosmogónica y la lingüística; que hemos venido denunciando; algunas liberaciones están manifestadas en las comunidades; sin embargo, la colonialidad global pulula. Si recogemos estos diferentes enfoques de la colonialidad en los portadores de los saberes ancestrales y ellos mismos esto emite una carencia de ecosofía, como arte sabio de habitar en el planeta donde su conformación: social, ambiental y espiritual ha estado permeada de soslayaciones que ha propugnado en todas partes donde el colonizador marca sus tentáculos de poder. Dossier como estos, denuncias, hacer y no sólo decir, la utopía Freiriana al andar es urgente; estudiar y liberar, decir y hacer, saber y promover; pensar y comunicar.

Hoy podemos decir que lo propuesto en el presente compendio lo hemos cumplido; redimidos ante la deuda historia con la salvaguarda de los saberes ancestrales y su promoción ante el planeta; seguimos des-ligando de la vieja y sacrificial manera de pensar dichos saberes. Nos sabemos aún en el camino de su re-significación; des-ligándonos de los saberes mal concebidos con taras (Rodríguez, 2022) como: pobres, de menor valor, sin historia, sin portadores particulares, fuera de la cientificidad, no válidos, saberes menores que los conocimientos, entre otras peyorativas palabras para ocultar su valía ante la humanidad y su excelsitud que los hace dignos de valía planetaria. La palabra tara se usa por primera vez en las investigaciones de decolonialidad planetaria interrogándonos:

¿En qué sentido entendemos taras como sátiras? Las comprendemos a medida que, con las taras mentales, sus muchas interpretaciones y accionares aparentemente decoloniales que se quedan en la colonialidad con artefactos mentales que dicen muy poco de liberación en todo sentido. Usamos el vocablo sátira no como una burla; sino como ironía y dolor en el discurso, por ejemplo: ¿Qué ironía que luego de la muerte de tantos héroes libertadores sigamos soslayados?, ¿Qué dolor que aún pese a los grandes avances en materia de liberación en el Sur, y otros continentes nuestros propios hermanos usen la decolonialidad como excusa para instaurar gobiernos coloniales aberrantes de la historia? (Rodríguez, 2022: 2).

En el presente tratado, late la necesidad sin duda, en las diversas prácticas profundamente sabias de nuestros ancestros apegados a la naturaleza nos recuerdan la inmensa creación de Dios que nos cuenta como crea los cielos y la tierra y vio que era bueno para luego crear al ser humano; si lo cuenta en el Génesis con profunda sabiduría: “Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra. La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas” (Génesis 1:1-2). La creación del barro tiene sentido esencial en tanto este tiene todos los químicos del cuerpo, así el hombre sólo necesitaba el soplo de aliento: el Espíritu Santo que nos llena de vida.

Entretextos publica en las sesiones tituladas: Artículos, Argumentos, Reseña de Libros y Pinceladas Regionales; especiales aportes de investigadores que se redimen ante la crisis planetaria que agudiza la de los saberes ancestrales; ellos, personas excepcionales tienen lugar especial para la revista. En la sesión de artículos, lo mencionado anteriormente se reafirma en el aporte de Milagros Elena Rodríguez, titulado: Saberes ancestrales concebidos con taras: una sátira decolonial planetaria en re-ligaje; desde luego que lleva la máxima de la Sagradas Escrituras, de que no es posible echar vino nueva en odre vieja; esto es: no podemos re-ligarnos (Rodríguez, 2019b) a concepciones complejas, inclusivas y decoloniales planetarias de los saberes ancestrales, sino nos des-ligamos de la modernidad-postmodernidad como proyecto colonizador primeramente, y ahora colonial global que siempre concebirá como saberes de segunda, sin voz a lo ancestral. No busquen con mentes coloniales, con paliativos el reconocimiento merecido de los saberes ancestrales, es nadar en el paradigma que los desmitificó. Por ello, nos des-ligamos de la colonialidad global y re-ligamos a esencias decoloniales planetaria; no los disfraces de decolonialidad que dicen ejercer liberaciones bajo la ruina y el oprobio de nuestras naciones.

Más en esos saberes ancestrales donde las cosmovisiones, la sabiduría del cultivo, el misticismo está apegado a la casa madre, si la Tierra; no sólo eso “los conocimientos y saberes ancestrales, tradicionales y populares no son solo del pasado, son prácticas vivas de los diversos pueblos y nacionalidades de nuestro país” (Crespo y Vila, 2014: 6). “¿Qué ha sucedido ante tales evidencias con la masacre de nuestros originarios y el extinguir los valiosísimos saberes ancestrales? El poder como autoritarismo al querer dominar y la famosa conquista a la naturaleza como masacre ha sido una irracionalidad que se ha ido en contra de nosotros mismos”, y esto se rescata con los aportes de esta brillante investigadora.

La maestra Rosmery Camargo Barliza, reflexiona en torno a la etnoeducación y la pedagogía, tensiones y posibilidades, hace de reclamos sustentados en la realidad vivida de cuando afirma que la “Etnoeducación en Colombia ha estado vinculada a reclamos realizados desde las mismas comunidades étnicas, en la lucha por la reivindicación de derechos relacionados con la lengua, el territorio y la cultura”. Es una denuncia en una realidad colombiana, ni muy distinta a la venezolana; donde se habla de inclusión y todo ello con nuestros aborígenes; más el asimilasionismo huele ‘pestífero’ donde el grupo al que se asimila, o se solicita es el que se cree dominar y pisotea la dignidad y los saberes ancestrales del grupo minimizado; nada menos que los originarios de nuestras regiones. Aguerridos luchadores contra la invasión por ejemplo a este lado. Sin duda, la denuncia va en consonancia con los saberes ancestrales concebidos con taras: una sátira decolonial planetaria en re-ligaje.

Rescatando el hecho que los saberes ancestrales en su complejidad traen la ecosofía y diatopía como esencialidades negadas en su concepción reduccionista, escueta y atribulada de exclusión, el indagador José Gregorio Lemus Maestre, analiza la educación comunitaria universitaria y los saberes ancestrales a la luz de resignificar lo que somos; bajo una indagación transmetódica que hace escena en las transmetodologías y que han sido reconocidas en varias oportunidades a nivel internacional; la hermenéutica comprensiva, ecosófica y diatópica (Rodríguez, 2020) recorre esencialidades decoloniales – planetarias que visitan el dossier a la hermeneusis de Lemus Maestre.

Dicho investigador interpela la escueta concepción colonial del ser humano, que le lleva a entreverar injusticias hacia los portadores de los saberes ancestrales; la actitud de resistencia decolonial, “es una urgencia a asumir, para defender nuestro origen ancestral y hacerla participe de los caminos comunitarios que entre todos se construyen. En este menester, los profesionales universitarios, líderes, promotores y actores sociales, deben hacer atención, en ver cómo la humildad, no constituye un asunto externo, sino interno de las personas, para entenderse en una trama relacional que entiende que los procesos sociales y las esperanzas, son el resultado de un trabajo mancomunado”. Son palabras que podemos revisitar en el artículo mencionado.

Desde luego, que las indagaciones se van concertando complejamente a la luz de un dossier profundamente decolonial planetario-complejo a fin de clarificar saberes ancestrales a la luz de su verdadera valía excepcional, maravillosa; como lo expresa Milagros Elena Rodríguez en su aporte: “sabemos que una tara persistente es evidente en el transcurrir de la colonización y luego de la colonialidad global y afirma: que ironía que siendo los saberes ancestrales propios de los originarios del planeta sean excluidos y disminuidos como conocimientos no científicos, de segunda; y que cuando se le reconoce siempre existe la aversión a ellos y son puestos en la esquina de la ineptitud. Que tara tan persistente e irracional, en una injusticia que deja mucho que desear ante la sabiduría milenaria de muchos saberes ancestrales”. Sin duda, es urgente, como expresa Lemus Maestre que debemos resignificar lo que somos.

Los investigadores Mayra Jiménez Alonso, Yeissett Pérez González, Evelin Sara Cruz Álvarez y Danay de la Caridad Fernández Zamora, con un tema especial en los saberes ancestrales, la lengua materna como esencialidad en la formación del estudiante universitario; nos retoma la maravillosa realidad que lleva a pensarnos en lo que somos y su transcendencia a través de la lengua materna, indagación realizada en diferentes carreras y colectivos de año de la Universidad de Matanzas, Cuba. Sin duda, la responsabilidad de la transcendencia recae en gran parte en el docente, desde luego en el hogar, como dicen los autores “…que el docente sea más creativo e innovador en el proceso de enseñanza-aprendizaje de sus asignaturas, haciendo uso eficiente y correcto de la lengua materna como herramienta indispensable para la adquisición de nuevos conocimientos y dé cumplimiento a las acciones desde la Estrategia Curricular de Lengua Materna”. Lengua materna, saber ancestral de especial valor que no es tangible pero que retoma el contacto con lo que somos en un devenir que debemos re-ligar a la luz de la ecosofía como arte de habitar en las comunidades, en el planeta.

Ivan Fortunato, invitado como coordinador (junto a Milagros Elena Rodríguez) de este excelso dossier de nuestro amado Brasil lleno de especiales saberes ancestrales, en portugués nos lleva a la lectura de especial valor de las respuestas a la interrogante: ¿el conocimiento de ayer es necesario hoy? o como la Pachamama ayuda a pensar en la educación planetaria (os saberes de ontem são necessários hoje? ou como Pachamama ajuda a pensar a educação planetária); su investigación nos incita a salvaguardar los saberes ancestrales para la educación planetaria; que promovemos con especial valía transcendiendo la soslayación del planeta; si la denigración de la Tierra como casa que nos abriga; pero que derribamos con nuestras acciones. Nos recuerda el autor que la Pachamama ha sido tomada “como arquetipo, como deidad y como sujeto de derecho. Aun así, seguía entendiéndose como un elemento segregado, inferior y proveedor de la vida humana según el proyecto de humanidad diseñado y mantenido con fines lucrativos”. Por ello vale preguntarnos cuando nos llenamos la mente y el hablar con palabras rimbombantes ¿de qué Pachamama estamos hablando? La salvaguarda es urgente, pero el des-ligarse de falsas posturas irracionales es lo primero por hacer. Sin duda, el nombre del número está bien puesto y los investigadores atendieron con especial valor en sus aportes.

Las percepciones y actitudes lingüísticas de estudiantes universitarios de la Etnia wayuu en torno al español en su comunidad de habla, las narra Pengp Petiongp Peña Pérez que indaga a partir del análisis de las valoraciones lingüísticas de un grupo de estudiantes de la Universidad de La Guajira de nuestros aguerridos wayuu. Evidencia en su experticia que por “ser una comunidad diglósica les ha permitido proyectar una actitud positiva hacia el español como lengua que utilizan para la universidad, el trabajo, el comercio. Además, se nota una clara preferencia por el reconocimiento del valor identitario de su lengua nativa”. Desde luego es lógico su identificación con su lengua, valdría la pena preguntarnos: ¿los que no son wayuu aprenden su lengua y se identifican con ella, o la denigran y la consideran de menor valor? La respuesta es evidente. Qué digno sería que las mal llamadas lenguas de nuestros originarios fueran reconocidas como idiomas en nuestros países, reconocimientos de Estado, por ejemplo, Colombia y Venezuela tuvieran muchos idiomas oficiales, y en las escuelas se enseñarían con especial empeño; más allá del pensamiento occidental impuesto entre lo que es lengua y lo que es idioma.

Isaura Patricia Negrete Vega a través de su contribución: cátedra de estudios afrocolombiana como una herramienta de reconocimiento de la diversidad cultural en los ambientes educativos de Riohacha, región especial que podemos recorrer un poco más allá de la frontera venezolana y que nos da identidad de hermanos venezolanos-colombianos; en la indagación la Cátedra de Estudios Afrocolombianos “en los ambientes educativos comprende una estrategia educativa para que los estudiantes desarrollen unas competencias sociales y comunicativas respondiendo al llamado de la formación integral”. La autora retoma el hecho de que “no es suficiente formar a los niños y jóvenes en conocimientos académicos, se debe propender por la adquisición de actitudes positivas que garanticen el desenvolvimiento del individuo en la socialización con culturas distintas a las suyas”, sin duda habla de educación planetaria, retoma a la indagación de Ivan Fortunato, al re-ligaje de la educación humanista egoísta y egocéntrica y nos incita a des-liganos de los males de la psique que se han venido regularizando.

Los investigadores José Alonso Andrade Salazar y Lisandro Andrés Cárdenas Carrero nos siguen conectando con una educación planetaria, por ello la decolonialidad planetaria, con ese apellido incido por Milagros Elena es esencial, con su indagación titulada: Etnoeducación y complejidad: apuestas por una educación planetaria. Nuevamente se sigue complejizando el dossier con entramados dignos de su re-lectura a la luz de cada consultante a la revista. Apuestan los autores porque “planetaria incluye el pensamiento ecologizado y propicia la ecología de la acción y al igual que la etnoeducación precisa el acuerdo colectivo sobre el uso, conservación, transmisión, destino y transformación de los saberes, además de su contextualización y el desarrollo del pensamiento crítico”. Sin duda, los autores se entrelazan con la indagación de Rosmery Camargo e Ivan Fortunato, con José Gregorio Lemus reflexionando lo comunitario con pensamientos planetarios a la luz de los intereses de liberación de nuestros modos de conocer, y la transcendencia hacia la tierra como patria.

El aporte de la investigadora Josefa Guerra Velásquez, con: Comunidades de aprendizaje como alternativas en la Educación Intercultural Bilingüe (EIB) wayuu para mostrar el ejercicio complejo de la praxis en el educar, la importancia de las colectividades y la familia, dado que una comunidad de aprendizaje extraescolar wayuu favorece el fortalecimiento de la EIB. Es de especial interés las conclusiones de la autora en tanto “el modelo planteado fortalece la dignificación étnica, la creación de proyectos éticos productivos y al desarrollo de una cultura decolonialista y democrática”. Los aborígenes al ser dignificados como originarios de la historia, sus saberes ancestrales serán salvaguardados en el proceso educativo, que salta las barreras físicas de las instituciones y se va al aula mente social-espíritu que retoma el sentipensar de los portadores de tan dignos conocimientos.

En la indagación titulada: Nivel de esperanza activa en estudiantes: institución educativa número 8, sede Perpetuo Socorro, Maicao, La Guajira de Andrés Yamil Martínez Choles, al identificar los niveles de Esperanza Activa en los estudiantes, se puede afirmar que estos están altamente esperanzados, como explican sus autores “…existen en alto grado indicadores Cognitivos, Afectivos y Conductuales. Por lo tanto, los estudiantes tienen el potencial y son capaces de anticipar sus metas, controlar los resultados y predecirlos, planificar las acciones para conseguir los logros esperados, controlar el curso de acción en el logro de los acontecimientos, ver las oportunidades e identificar los límites, reconstruir su autoestima en el proceso, buscar significados, participar con compromiso, responsabilidad en la búsqueda de lo esperado”.

Los autores, Vilma Yadira Ceballos Mejía, Yeimi Paola Sánchez López, María de los Ángeles Perdomo Perdomo, Marlon Méndez Quintana con sus planteamientos a cerca del proyecto de vida, con un “trabajo interdisciplinario con docentes de ética, inglés, emprendimiento y orientación escolar, fomentaron las habilidades para la vida, la adquisición de competencias en investigación, así como el fortalecimiento de la segunda lengua (inglés)”; para ello “abordaron el proyecto de vida con sentido, cada estudiante plantea lo que quiere hacer desde su área personal, familiar, social, académica y ocupacional, haciendo énfasis en el servicio y la trascendencia, es decir, cómo -a través del proyecto de vida- pueden servir a la humanidad y a su contexto local, nacional y relacional, esto se abordó desde el modelo ecológico de Bronfenbrenner”. En medio, de la decolonialidad planetaria como esencia liberadora de los saberes ancestrales; no nos debe extrañar proteger el fortalecimiento de una segunda lengua. Lo que sí es inconcebible considerar que nuestras lenguas son de menor importancia y dar predilección por algunas antes que salvaguardemos las nuestras; es como en el argot popular poner orden en otro hogar cuando el nuestro está desordenado. Es decir, Educación Decolonial Planetaria Compleja se re-ligan en saberes ancestrales sin la menor soslayación.

Los autores Alba Lucía Acevedo-Hernández y Diego Villada-Osorio, con su indagación: Educación Ambiental desde la interculturalidad; Institución Educativa Instituto Mistrató, Departamento de Risaralda, Colombia; nos vuelcan a “comprender el contexto educativo ambiental cohabitado desde la educación ambiental y la interculturalidad a partir de las condiciones pluriétnicas y pluriculturales del municipio de Mistrató, para lo cual se acude al método investigación participativa”. Ejemplar indagación que vuelva los saberes ancestrales a la vida que emana en nuestra tierra, en la naturaleza como parte del cuerpo, mente, alma, espíritu y Dios. La complejidad del ser humano en la intuición cosmoteándrica de la cual Raimón Panikkar hace sus mejores escenas (Panikkar, 2005).

Corroboran sabiamente los autores, que “si se mantienen o incrementan las prácticas ambientales negativas desde las familias y comunidades de Mistrató, y si no se mantienen o se disminuyen significativamente las prácticas ambientales positivas, pronto se verán muy afectadas las potencialidades ambientales presentes en el municipio”, desde luego avizoran los hechos de la Tierra como patria desmitificada de la vida y abusada.

El investigador José Alonso Andrade Salazar, atendió la narrativa de su artículo titulado: Educar en la era planetaria. Afirma que “la necesidad de una civilización planetaria y la misión de la educación para fortalecer la mundialización de los saberes y la comprensión de lo humano requiere la superación del modelo instalado de un ser hegemónico, occidentalizado, tecnificado, a la vez que una relación integrativa-dialógica entre desesperación y esperanza”. Invitamos a revisitar la indagación a la luz de la decolonialidad planetaria como apodíctica de la complejidad en la que des-ligarse de la vieja soslayación es urgente para pensar los saberes ancestrales con la dignidad que merecen.

Sigue, en la indagación: momentos de formación del infante en la cultura wayuu: escenarios de diálogo intergeneracional, de los investigadores: Edwin Ríos Badel y Viviana Velásquez Salgado; donde se “procura tener eco en contextos educativos formales, alejándose de escenarios educativos institucionales y centrándose en encontrar cómo transita el conocimiento en el interior de la cultura indígena wayuu”; maravillosos y aguerridos originarios que tanto lucharon en la masacre al continente desde 1492. Atender su problemática es dignificar sus saberes ancestrales, como lo hacen los autores. Sin, nos refieren a las transformaciones que se han hecho en su cultura a través de permearse de la aculturación y de las necesidades del momento, por ejemplo, afirman las autoridades que “es evidente que algunas de las prácticas tradicionales han cambiado, momentos como el tejer y enseñar a hacerlo, que se reducían exclusivamente a las niñas y en periodos o lugares exclusivos como el ‘encierro’ se han vuelto más informales, ahora una simple conversación a medio día se aprovecha para enseñar y aprender dicha labor.

Con el investigador José Alonso Andrade Salazar, nos vamos a entretejer la indagación titulada: educar en la era planetaria, retos y desafíos de la educación, en la que “aborda la importancia para educar en la era planetaria desde una perspectiva de la complejidad que constituye un desafío urgente para luchar y suprimir la linealidad que caracteriza el pensamiento hegemónico, dogmático, insular y absolutista”. Sin duda, en la experiencia del autor su sensibilidad y formación compleja atiende a la educación planetaria, con bases ‘morinianas’ para la salvaguarda de los saberes ancestrales. Este re-ligaje es de ineludible tarea, para ello pensar complejo con acciones transdisciplinares; liberadoras, con pensamientos decoloniales y acciones decoloniales, la decolonialidad como apodíctica de la complejidad (Rodríguez, 2021) en cualquiera de sus manifestaciones. A ello atiende el autor con magistral criticidad.

José Alonso Andrade da su sentencia de re-ligaje hacia la educación planetaria, afirma que la educación debe promover, incitar, dialogar “todas las características multidimensionales de lo humano, todo ello con un enfoque diverso que incluya la inteligencia emocional, los aprendizajes socioculturales, la ‘transmisión’ de saberes, las solidaridades, la hospitalidad y el holding puesto en escena en diversos contextos de apoyo y socialización”. Con ello, nos deja una responsabilidad a los educadores: des-ligarse de las viejas prácticas coloniales; y re-ligar las mejores esencias del ser humano, que todas ellas son educables, enseñables, promovidas, despertadas.

El investigador Antonino Santiago Isidro, nos lleva a análisis emergidos en momentos de pandemia, que ya vamos pasando y dejando huellas en el accionar; con su indagación titulada: Jóvenes indígenas y educación superior en el contexto del COVID 19, nos lleva a “mostrar el panorama general de la educación superior para los jóvenes indígenas y un acercamiento a su perfil cuando ingresan a la Licenciatura en Gestión Intercultural para el Desarrollo LGID en la Universidad Veracruzana Intercultural, Sede Regional Totonacapan” en nuestro amado México. Sin duda, portador de leyendas ancestrales en su cultura, dignos, como todos en la Tierra de salvaguardar.

Nos incita el pensador Antonino Santiago, en su pesquisa a concientizarnos y actuar en cómo “las comunidades rurales e indígenas enfrentan retos en varios aspectos, así lo demuestran numerosas investigaciones e informes de los principales organismos tanto a nivel nacional como internacional; alto grado de marginación social, bajo nivel de desarrollo humano etc. Esta desigualdad también se ve reflejada en el ámbito educativo”. Sigue afirmando que, de acuerdo con su pesquisa, en el caso de la educación superior, el acceso de jóvenes que provienen de sectores rurales e indígenas es bajo en comparación con poblaciones no indígenas. Nuevamente muestra la exclusión a la educación universitaria de nuestros aborígenes.

La búsqueda titulada: Sentidos de la educación en el Pueblo Afrochocoano de Oli Yojaydy Maturana Correa, “analiza desde una perspectiva histórica la educación con el objetivo de interpretar y reflexionar sobre sus significados en los diferentes momentos vividos por la diáspora del pueblo negro en el departamento del Chocó”. Especial valía de la pesquisa que retoma, para educar; urge conocer el sentipensar y los acontecimientos acerca de la vida de los habitantes en diáspora que son sometidos a ejercicios de sumisión epistémica. Se trata de la colonialidad en pleno en sus vidas, que incita en palabras de su autora a “generar mecanismos de insumisión epistémica, donde el afrochocoano sea reconocido por sus aportes en la construcción de país”; y su identidad renazca para un vivir digno del pueblo negro.

De manera magistral y con altura investigativa el autor: Aldo Ocampo González, cierra y apertura al mismo tiempo para una revisitada, la sesión de artículos con: Lingüística colonial: opacidades y opresiones articuladas; en la que “analiza los problemas de la imaginación lingüística colonial y su relación con la obstrucción de la naturaleza contingente del propio lenguaje”. Afirma que “la colonialidad lingüística es el resultado de un complejo proceso de empobrecimiento existencial y castración de la consciencia a través de la lengua”.

Sin duda, con Aldo Ocampo compartimos que los desafíos más apremiantes que enfrenta la lingüística descolonial consiste en “reconocer que algunos imperios fueron asociados a la producción de lenguajes específicos. Sin embargo, el principal problema del imperialismo y del colonialismo lingüístico consiste en la manera de pensar y enmarcar nuestros entendimientos acerca del lenguaje”.

Finalmente, los académicos: Carlos Busón Buesa, Katherín Pérez Mendoza y Mónica Cristina Pineda Arroyo, aportan su contribución: El trabajo y la tecnología en la cuarta revolución industrial. Un reto para la educación y la economía en un mundo post pandemia, cumpliendo, según sus voces, con “indagar acerca de la cuarta revolución industrial y su impacto en la sociedad actual latinoamericana a partir de un texto escrito por el economista Klaus Schwab en 2016”. Ellos recurren al papel de las tecnologías con una exploración lexicométrica, el software de análisis textual IRaMuTeQ, de la obra de Schwab, y “de diversos documentos técnicos publicados por organismos internacionales que buscan determinar la realidad tecnológica en el continente”. Esta investigación, aunque aparentemente se distancia del tema central del dossier es una forma de ver cómo en el mundo la ancestralidad y moderno pueden coexistir sin vulnerar la alteridad. Se trata de valorar la ciencia y también los saberes.

En la sesión Argumentos, el fotógrafo investigador del lente entre el páramo y la mar, Jairo Portillo Parody nos habla de la terredad de la Isla de Cubagua, Venezuela, insiste en denominar: Ensayo fotográfico a la deriva, afirma que “no hay ensayo que escriba sin más dificultad (…) Si pasas mucho tiempo en la isla te talla a su imagen y semejanza. Moverme entre la mar y el páramo me da equilibrio ya que la tierra está fundada sobre los mares y afianzada en sus montañas”; habla el autor de su amor entre el mar añorado que comenzó a querer en Cubagua y de su páramo merideño; también de Cubagua la abandonada, las falsas políticas del Estado de Venezuela son sin dudas dibujadas desde el lente del autor; descuido, desidia y la belleza de nuestra Cubagua que se niega a morir.

El inquieto investigador Juan Moreno Blanco en su trabajo: Hernando Téllez y el cambio de la escritura garciamarquiana de 1952, nos muestra en su propia voz como: “el Macondo que representa literariamente la realidad americana este régimen de sometimiento de personajes criollos sobre su alteridad cultural continuará en las novelas La hojarasca y en Cien años de soledad. En la primera, la voz que eufemiza el sometimiento de los guajiros será extrapolada a la figura del coronel y por esa vía se intensificará la diferencia jerárquica entre el criollo y el no criollo; sin embargo, una guajira tendrá voz. En la segunda, algunos guajiros tendrán voz, serán agentes de contagio de la peste del insomnio y, al dar su lengua a los niños Buendía, son factor de heteroglosia en el mundo narrado. En la novela de los años cincuenta la historia les quita estatus a los criollos y los pone en inevitable decadencia, mientras que en la saga de los Buendía la estirpe criolla que no supo amar desaparece”.

También en la sesión Argumentos, el pensador Limedis Castillo Mendoza va a salvaguardar ejemplarmente: La poética de Bélgica Quintana, una mirada desde su estética y la ceremonia pura de sus palabras. Es justo reconocer la valía de este personaje, poeta colombiana. Como lo afirma Limedis “su voz de mujer llega como aliciente íntimo al ejercicio espiritual de las letras. Su obra poética La edad de mi sombra, primer libro de poemas se inclina por arraigarlo todo, arriesga lo que queda de ella, lo que la vida le ha dado y la ha llevado a trajinar con el trascurrir de los días, de los soles, las lunas y los años. Sus poemas son leves y profundos”. Viva el legado de Bélgica Quintana. No olvidemos que sus poemas se llevaron el oro y nos dejaron el oro/ se llevaron todo y nos dejaron todo/ Nos dejaron las palabras. Usémoslas para construir puentes de amor por la vida.

En Pinceladas regionales, sesión muy particular de Entretextos tiene en sus publicaciones, así la indagación el T´Aju y el Xapuxku integrantes de la familia Totonaca del autor Antonino Santiago Isidro nos educa en los saberes ancestrales y nos afirma que el “pueblo totonaco habita en la región Totonacapan, constructores de la pirámide de los nichos Tajín, dentro de las familias totonacas existen vocablos propios para nombrar algunos de los integrantes de la familia, dichas palabras encierran obligaciones sociales que regulan la conducta de los sujetos tanto en el entorno familiar como en el comunitario”. Los nombres, las significancias, las costumbres y los deberes de la familia Totonaca deben salvaguardarse con especial valor ancestral.

La pincelada titulada: N´Owi Ya Hñähñu, habla el pueblo Otomí, de la investigadora Yolanda de León de Santiago hacen escenas maravillosas dando esencias ancestrales de inmensa valía, el pueblo Otomí “es un pueblo que durante mucho tiempo fue nómada y buenos comerciantes antes de la conquista, razón por la cual habitan en poco más de siete estados de la República mexicana. Sus cosmovisiones imbricadas con la naturaleza, su dialecto con ellas son ejemplares en la dignificación de su valía. Pensemos qué hacer ante la denuncia de la autora, ¿existe en nuestras realidades, tenemos problemáticas parecidas? “Nuya nfödi di ´medi, ya jöi ya higi ñohñö ngetho petsi ya tso, ha su ge nu mar´a da deni… los conocimientos se van perdiendo, la gente ya no quiere hablar hñähñu, por pena, por miedo a ser discriminados”. La vergüenza étnica debe ser deconstruida a favor de la salvaguarda de sus saberes. Dejemos de atacar lo diferente y seamos valientes en reconocer que el patrimonio cultural más importante de la humanidad es la diversidad. Y la diversidad ancestral nos recobra con la vida, con el respeto a la naturaleza de la creación, con su salvaguarda.

Los autores Virgilio Arango Pérez. Etnia kubeo y Justiniano Salazar, con la pincelada: Aportes del Diplomado “Etnoeducación, interculturalidad y diversidad” ofrecido por la Universidad de La Guajira dirigido a etnoeducadores de Mitú, Vaupés, Colombia, va a un especial reconocimiento diciendo “agradezco a mis maestros del diplomado por su dedicación, la pericia y la sabiduría demostrada a través de cada uno de los seminarios, la paciencia su esfuerzo y sacrificio para desarrollar cada una de las evaluaciones en medio de las dificultades de la señal de la internet para llevar a feliz término la formación mencionada. Finalmente, manifiesto que, si en un futuro la Universidad vuelve a ofrecer otro diplomado, me volvería a inscribir y a participar”. Con ello el dossier publica en total tres (3) pinceladas regionales.

Y finalmente, en la sesión Reseña de libros: Milagros Elena Rodríguez hace la reseña de su libro: Transfilosofía Sentipensante; “¿por qué transfilosofar?; sentipensando el sentipensar; re-civilización y condición humana; el eros por la tierra patria; la transfilosofía sentipensante de los saberes ancestrales; la transfilosofía sentipensante en la educación matemática decolonial transcompleja y cierres en aperturas sentipensantes en la tierra-patria. Realmente existen conexiones complejas en todo su escrito”; son los rizomas que recorren el texto y que nos invitan a su lectura. Puentes de amor por la salvaguarda de los saberes ancestrales en transfilosofar; inspiración de su autora, junto al brasileiro Ivan Fortunato para proponer el dossier. Seamos los que construyen por amor a la creación de Dios y su valía.

El investigador Heiman Nupan Criollo con la reseña del texto titulado: Salud mental y medicina tradicional de las comunidades ancestrales Pijaos del Tolima en contextos de violencia; nos incita a dilucidar en la lectura del texto donde “se hacen de la etnografía para acercarse a los modos de vida particular de cuatro comunidades Pijaos en los municipios de Ortega, Coyaima, Ibagué y Cunday: Pijaos Cunirco, Bocas de Cumek, Castilla Anonales y Pamanches; encuentran en su vida práctica, formas de atender la enfermedad, cuestión que tiene que ver no sólo con lo humano sino también con el Territorio”.

El complejo de extendida trayectoria, Roberto Rivera Pérez, reseña el texto titulado: Perspectivas desde la complejidad y ciencias sociales. Comentarios y reflexiones, afirma que “el libro motivo de esta reflexión, perfectamente puede ser integrado y estimado para su uso en diferentes investigaciones, cursos, talleres y demás seminarios”. Les invitamos a discernir en el texto con sus diversos autores a la luz de la criticidad y sus aportes; que muy bien Roberto Rivera Pérez aflora en su reseña.

Visitar los trabajos del dossier incita a estudiar un tema central en la vida humana “los saberes ancestrales. La diversidad de los autores y sus indagaciones obligan a que debemos vibrar con nuestros ancestros y conseguir en ellos el valor de la vida, el de nuestra madre Tierra de la Pacha Mama que nos convoca a ser humanos en solidaridad, amor y comunión con nuestra complejidad; para ello saberes – conocimientos no se desunen en la ancestralidad de la Tierra y nos invitan a lo místico, a la comunión y humildad con nuestro creador Dios amado que nos incita a la vida, si a la grandeza de creación en la que tuvimos el privilegio de ser creados.

Quienes escriben en este perfil del dossier, editora ejecutiva e invitados de los países, Brasil y Venezuela, estamos agradecidos con la acogida que ha tenido número, con haber plasmado su alma en las indagaciones y hacernos sentir que vale la pena el sacrificio; ¡que extraordinarios apreciados investigadores¡ Nos sabemos dignos de un mejor vivir, de una vida condescendiente en la que ejemplarmente la creación nos dibuja, fuera del egoísmo, el autoritarismo y las viejas diatribas que muchas veces entre los mismos oprimidos restan posibilidad de liberación.

Volvemos al comienzo: re-ligar es des-ligarse de los viejos y actualizados males, para ligar a favor de la humanidad; con un cantar nuevo y un ejercicio de amor.

Dedicatoria

Milagros Elena Rodríguez: A Dios dedico todo lo que hago en el nombre de Jesucristo mi Salvador y Señor; por el cual y únicamente por Él llegamos a Dios. Al proveedor de la sabiduría en medio de toda crisis, de toda injusticia en los males de la humanidad; a Él, mi todo, le digo: gracias por tu inmenso amor. Como hablamos de justicia, la palabra de Dios que alumbra, la reconocemos y recibimos su mandato: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia” (2 Timoteo 3:16). Así, “Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto” (Colosenses 3:14), “porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia” (Proverbios 2:6). Gracias por tu inmenso amor y tus milagros. Te amo.

Ivan Fortunato: reconozco la gratitud a las enseñanzas de Paulo Freire, Célestin Freinet, Rubem Alves y Alexander Neill. Educadores que identificaron cómo la educación puede hacer del mundo un lugar mejor para la propia humanidad, aunque para ello sea necesario luchar contra el modelo de sociedad creado y mantenido por nosotros mismos.

Notas

Referencias bibliográficas Crespo, J. y D. Vila (2014). Saberes y conocimientos ancestrales, tradicionales y populares: El buen conocer y el diálogo de saberes dentro del proyecto Buen Conocer- Flok Society. Quito, IAEN.

Morín, E., Ciurana, E. y Motta, R. (2002). Educar en la era planetaria: el pensamiento complejo como método de aprendizaje en el error y la incertidumbre humana. Valladolid, UNESCO.

Rodríguez, M. E. (2019a). La Educación Patrimonial Transcompleja que emerge del patrimonio cultural – identidad – y ciudadanía. Educación y Humanismo, 21(36), 101-120. http://dx10.17081/eduhum.21.36.3074

Rodríguez, M. E. (2019b). Re-ligar como práctica emergente del pensamiento filosófico transmoderno. ORINOCO Pensamiento y Praxis, 11, 13-34.

Rodríguez, M. E. (2022). Taras como sátiras en la interpretación de la decolonialidad. Revista nuestrAmérica, (20), e6907459, 1-14. https://doi.org/10.5281/zenodo.6907459

Sociedades Bíblicas Unidas. Santa Biblia. Caracas, Versión Reina-Valera.

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