Artículos

La transmodernidad en voz y vestido de mujer

Transmodernity in voice and women's dress

José Gregorio Lemus
Universidad de Oriente, Venezuela

Entretextos

Universidad de La Guajira, Colombia

ISSN: 0123-9333

ISSN-e: 2805-6159

Periodicidad: Semestral

vol. 16, núm. 30, 2022

entretextos@uniguajira.edu.co

Recepción: 22 Noviembre 2021

Aprobación: 02 Marzo 2022



DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.6410248

Resumen: Desde la línea de investigación Gestión Escolar con compromiso político en la formación ciudadana, se plantea el objetivo complejo de analizar los aportes que ha brindado al pensamiento transmoderno la Dra. Milagros Elena Rodríguez, para inquisitar el pensar del profesional en educación universitaria en pre y postgrado. Es una investigación que se sustenta a través del transmétodo de la hermenéutica comprensiva, ecosófica y diatópica.; desde la mirada compleja transmetódica, se concibe cómo desde el accionar de la Dra. Rodríguez, se posibilitan nuevos encuentros, accionares e impactos decoloniales en la dinámica educativa, investigativa y humana que permiten al ser social, entenderse de otro modo, con otro pensar-hacer y resemantizando su compromiso político desde una perspectiva humana integral.

Palabras clave: Pensamiento transmoderno, compromiso político; impactos decoloniales, sujeto social; humano integral.

Abstract: From the line of research School Management with political commitment in citizen education, the complex objective of analyzing the contributions that Dr. Milagros Elena Rodríguez has made to transmodern thought is proposed, to inquire into the thinking of the professional in undergraduate and graduate education. It is an investigation that is sustained through the transmethod of comprehensive, ecosophic and diatopic hermeneutics. From the complex trans-methodical perspective, it is conceived how, from the actions of Dr. Rodríguez, new encounters, actions and decolonial impacts are made possible in the educational, investigative and human dynamics that allow the social being to understand each other in another way, with another thought- making and resemantizing their political commitment from an integral human perspective.

Keywords: Transmodern thinking, political commitment; decolonial impacts, social subject; integral human.

¿Una Mujer que denota la Transmodernidad?

Se ha partido de una afirmación que el lector podría encontrar confusa o como expresión incógnita, el hecho que el autor presenta con su vivencia o experiencia a una de las mujeres venezolanas, que lo ha convencido en llevar la voz y traje de transmodernidad. Pero no solo de palabra, sino de acción viva, que permite que afirme que la transmodernidad se ha encarnado en esta dama. Mujer venezolana, cristiana, de profunda sensibilidad humana, poética, fotógrafa, matemática, naturalista, defensora de los animales, noble, sencilla, carismática y excelente profesional en la educación universitaria.

La idea precedente hace alusión a Milagros Elena Rodríguez, quien representa para el autor, una gran compañera de tránsito académico y en quien, ha visto un ejemplo a seguir en su formación y producción intelectual, dado que él ha sido su estudiante a nivel de pregrado y postgrado. Por consiguiente, representa un honor unirse a la fiesta de gala que ha convocado la Revista de Estudios Interculturales desde Latinoamérica y el Caribe Entretextos, con la finalidad de agradecerle a esta mujer ejemplar, sus aportes al conocimiento, la enseñanza, rescate del ser humano en su misma humanidad y al desarrollo del pensamiento contra hegemónico que debe emerger en cada ser social en el Sur, en búsqueda de la reivindicación de su voz, acción y sentir en la construcción de culturas e historias.

Felicito con gran beneplácito la iniciativa que se ha tomado para quien es considera como una de las cinco mujeres más exitosas de Latinoamérica, Una de las epistemólogas más relevantes del Sur, quien cuenta con más de 300 publicaciones de gran impacto en revistas nacionales e internacionales, con más de 35 publicaciones en textos de gran impacto y una servidora de la Palabra de Dios.

Por eso, el autor indica al lector, que no se trata de un festejo cualquiera, es un festejo de la vida plena regocijada en Dios, en su palabra, su misericordia y bondad, en quien ha inspirado, para atender un gran compromiso civilizatorio en la formación y humanidad plena. Al ser parte de su legado, se está consciente que su obrar lleva consigo, batallas fuertes contra los gigantes del imperio occidental y lo que han logrado con su violencia epistémica y colonización de las mentes.

Esta travesía que hasta ahora desarrolla, demuestra que no sólo posee el don para hacerlo, sino que lo hace de perfecta manera que impacta, positivamente en la convocatoria de la transmodernidad como espacio pertinente para deconstruirnos como civilización. Pero no se trata de cualquier acción, en ella está la convocatoria contrahegemónica para re-entenderse como ente social posible, en el rescate de nuestros sentires como Latinoamericanos, como pueblo oprimido encarcelado y cercenado colonialmente, que nos incorpora como sujetos oprimidos, en la necesidad de “lecturas complejas que permean la existencia, que inquietan el espíritu y que crean en sí una necesidad de re-ligarnos a la luz de libertad de existir, ser y pensarse en una decolonialidad planetaria” (Rodríguez, 2019).

La decolonialidad como proyecto en la transmodernidad, es un pilar que ha mostrado como posible vía para deslastrarnos de las ataduras coloniales, establecer rupturas en los discursos, currículo, proyectos, programas, textos y otras formas que de alguna manera forjan las cadenas opresoras del propio sujeto social. Es que la decolonialidad, al decir de Rodríguez, permite repensar que en la construcción ciudadana

La Educación Decolonial Transcompleja propende que la posibilidad de educar desde la complejidad y transdisciplinariedad se anida en un proyecto decolonial planetario, pues la colonialidad como proyecto moderno-postmoderno ha promovido el reduccionismo, la exclusión y la negación de la complejidad de la vida, de los sistemas; así allí en ese sistema excluyente no hay posibilidad de conformación del ciudadano planetario (Rodríguez, 2021: 136).

Urge así, la necesidad de atención del sujeto, como actor social que dinamiza la movilidad comunal, propia y ajena, para aventurar nuevas posibilidades que rescaten al Sur como verdadero centro de saberes, producciones, innovaciones y otras formas de educar e investigar. En este acontecimiento, entenderse así mismo como ente complejo, dinámico y sobre todo complejo. Es por eso, que la misma doctora Rodríguez ha aludido que la transcomplejidad se consolida plenamente en la transmodernidad como base sólida, contundente; pero pensar la misma, desde las visiones coloniales como modernismo-postmodernismo-colonialismo, es negar a la misma, más aún a la convergencia de la transdiciplinariedad y complejidad, como esencias de este nuevo pensar.

Con el uso del transmétodo de la hermenéutica comprensiva, ecosófica y diatópica, se presenta un análisis de los aportes que ha brindado al pensamiento transmoderno la Dra. Milagros Elena Rodríguez, para inquisitar el pensar del profesional en educación universitaria en pre y postgrado. Se incorpora una revisión de lo que ha venido planteando de la revisión de la enseñanza de la matemática y el sujeto planetario que se debe constituir y que hoy es una agenda en compromiso.

Se expone cómo las autoridades docentes se ven en la necesidad de religar su pensar-actuar con la deconstrucción de su propia formación, sus técnicas, implementación de recursos, posturas pedagógicas y la atención de las demandas socioeducativas, no para resquebrajarse y anclarse en un plano de victimización, sino, para convertirse en un transformador de su propio hacer, que sea él, un ente posible que se empodera de su propio existir que le permita una autentica lucha civilizaional para resistir, contra resistir y transformar. La misma “hermenéutica comprensiva, ecosófíca y diatópica como propuesta epistémica, política y transmetodológica válida para tratar de afrontar el estudio de diversos problemas en el proyecto transmoderno y el transparadigma transcomplejo como superación a la tradicionalidad modernista” (Rodríguez, 2020a:1).

El lector encontrará en consecuencia un texto científico, cargado de sensibilidad humana, en un acercamiento a las sensibilidades de los sujetos aquí involucrados como es el caso de la autora-homenajeada, no desde la distancia, sino desde una proximidad de sus sentires, caso que no ocurre en las investigaciones tradicionalistas que excluye toda vivencia y subjetividad del autor. Se acude a este transmétodo como reconocimiento a la superación de lo métodos de investigación tradicional y se demuestra como esta creación inédita de Rodríguez (2020), permite abrir los horizontes humanos y transmetodológicos de forma otra, que posibilita al investigador transcomplejo, una visión más amplia, compleja y diferente.

Es que el accionar que lleva a entender su uso, hoy en una oportunidad de rendir homenaje a esta honorable profesional, debe hacerse en sus propias ideas que nos convocan a la transformación del espacio universitario desde una acción subversiva contundente que lleve consigo “nuevos saberes transdisciplinarios e integradores, cuyos propósitos esenciales se dirigen a salvar al ser humano desde una perspectiva ético, integradora, humanista, compleja y con sentido cultural. Se considera que la ecosofía se enmarca en la transcomplejidad (Rodríguez, 2020a:5).

Una de las preocupaciones donde la investigadora Rodríguez ha posibilitado un urgente enfoque de atención, es rescatar esa esencia humana que la colonización ha sujetado y oprime desde hace mucho tiempo, ha insistido en todos sus aportes, esa necesidad de trasgreder el estado de conciencia actual por otro donde el mismo ser, sea despertado y encontrado con su verdadera realidad Latinoamericana. Por supuesto, para ello, los mecanismos, métodos y movilizaciones, necesitan de la transmodernidad como espacio de nuevo rostro y esencia cívica donde se descoloniza el tramado de relaciones e interacción que el propio sujeto lleva a cabo para encontrar desde su propio hacer una comprensión y develación de los principios coloniales en los cuales ha estado sumergido.

Dentro de esas intencionalidades destaca el pensamiento devastador de lo humano sobre lo natural, en lo cual, la autora que hemos venido aludiendo, incorpora su pensar desde las convocatorias de Panikar, Capra, Puppo, Guattari, para detener el riesgo no solo de la biodiversidad planetaria, sino del propio sujeto como ente posible de extinguirse en el planeta. Rescatar lo humano de la propia humanidad es un desafío de éste transmétodo y desde el cual se levanta la voz para el despertar de las ciivilizaciones en resguardo de su tierra patria.

Pero analizar la obra de la Dra. Rodríguez es una tarea compleja que trataremos de llevarla con sutil expresión al lector, para que éste entienda que lleva a “interpelar los territorios temáticos del conocimiento, la imaginación creadora, la actitud transvisionaria, la irreverencia frente a lo conocido, los modos de interrogar la realidad, la criticidad en el hermeneuta (la autora), la libertad de pensamiento” (Rodríguez, 2020a: 8). La transmodernidad como terreno que abre sus puertas para que conozcamos las nuevas necesidades civilizatorias “respalda el carácter ecosófico de las investigaciones transcomplejas.” (Rodríguez, 2020a:8) ideadas por Rodríguez (2017-2021) que desprende una reflexión sobre nuestras costumbres, la necesidad de un uso que permita el resguardo y protección de la naturaleza, el abrazo que debe existir entre las ciencias y los saberes populares.

Lo descrito, no sólo es una postura epistémica de carácter transmoderno que ha ideado la homenajeada, no, se trata de un existir vivencial que ella misma ejecuta como práctica de vida, como acontecimiento fractálico en los espacios sociales en los cuales interviene, con voz compleja y visión transdisciplinar. Es por ello, que la misma hermenéutica ecosófica y diatópica, nos permite entendernos en su ejemplo como posibilidad de cambio, como convocatoria abierta a la re-civilización.

La transmodernidad nos ha convocado a romper los estatutos coloniales que, desde occidente, nos ha impedido nuestra propia libertad, complejidad y transformación constante para un mejor vivir. ¿Acaso no es lo mismo que hace la Dra. Rodríguez? No desde un plano de crítica y auto aflicción, sino desde un movimiento que enmarca nuevas visiones de hacer-reflexionar-pensar-cambiar-transformar. Es que el autor, no puede aludir otra situación que la transmodernidad se ha encarnado en esta honorable mujer, para impactar el pensar del Sur, agitar los pensamientos, inquietarlos y aturdirlos en incomprensiones existenciales, para nuevos acontecimientos, nuevas realidades, más próximas a las identidades y culturas de nuestros pueblos.

Es que Dios ha escogido a esta humilde venezolana, como posibilidad de nuevo acontecer re-civilizatorio y creo profundamente que Él, nunca se equivoca. Encontrarse en un nuevo encuentro posible, lleva a considerar una “verdadera transformación o metamorfosis (...) sujeta a la palabra de vida, tal cual expresa la Biblia Latinoamericana, 2005, Juan 15:1-3 la sana doctrina, que lleva a la metamorfosis, es crucial ninguna persona podrá andar conforme al corazón de Dios si no conoce su palabra” (Rodríguez, 2020b). Según la intención de este texto científico, el lector encontrará las secciones: empírico y analítico que ha comenzado con la inquietud ¿Una mujer que denota la transmodernidad?, seguidamente unido con las Urgencias develadas en el marco de una acción transmoderna en el Sur y finaliza con el tercer momento propositivo con argumentos de Un legado que hay que reflexionar para una re-civilización posible, se entiende desde la misma autora las propuestas para que la transmodernidad sea entendida y puesta en acción.

Urgencias develadas desde la formación matemática en el marco de una acción transmoderna en el Sur

La racionalización como escenario epistémico, multicultural y de acción social, denota una coerción de las posturas con las cuales se debe entender, manejar y validar el proceso académico en las instancias de formación, no sólo universitario, sino a través de todo el sistema de escolaridad. Es por eso que, en Venezuela y Latinoamérica, el proceso de formación que se lleva a cabo, obedece a los lineamientos del pensamiento occidental que claramente lleva a los sujetos a una obediencia simbólica de lo que se le enseña, para incorporarse en la dinámica laboral para el cual es formado.

Esa formación es lo ha indignado a la Dra. Milagros Elena Rodríguez, que envuelta en una movilización de su pensar, ha dado un alto a su hacer pedagógico que ha encontrado cartesiano-hegemónico. Ha sido un gran impacto para ella, encontrar que su hacer, obedece a un replicar colonial, cuya misión es formar sujetos para la obediencia, servidumbre de los poderíos del planeta, seres acríticos, con claros mensajes para ellos con imposibilidades de ser y realizarse. Pero es que su área de trabajo es cómo ella misma es, compleja, dinámica y multifacética. Estamos refiriendo a la matemática, ciencia madre de todas las ciencias, en cuya acción se encuentra la elevación del pensar para sujetos críticos, creadores y transformadores.

No se alude a otra instancia que a ella no le pertenezca y es que, desde su sentir, se ha encontrado con una gran bofetada de la formación como antítesis a lo que verdaderamente debe ser. La atención del sujeto en este sector educacional, sigue aún bajos parámetros tradicionales coloniales y por supuesto, esto deja en evidencia que nos encontramos en un gran estancamiento civilizacional, que impide superarnos como sujetos y pueblos. Es que la colonialidad-modernidad-postmodernidad, cumple su gran meta, encarcelar en sí mismo al sujeto bajo una conciencia donde se asume como ente imposible ante el mundo. Desde allí, se le entrena como un posible servidor de una sociedad que no espera de él, porque los que verdaderamente saben, producen y tienen valor no están en sus territorios, sino en aquellos ubicados en los países occidentales.

Desde el pensar anterior, se involucra al sujeto a dividir la realidad en partes, entender la producción científica, bajo una sola vía lineal del saber, bajo el método científico desde la lógica inductiva y la unidireccionalidad metódica y, considerar a la razón, verdad absoluta unida a la certeza, disciplinariedad como el verdadero desafío para subsistir en esa formación superior ¡qué gran mentira con la cual se entiende al sujeto! Gran barbarie que en el capítulo posterior veremos que no es así, hay múltiples posibilidades de hacer en las ciencias y sobre todo desde las matemáticas como ciencia fractálica del saber.

Lo que si es cierto es que nuestro acontecer como profesionales de la educación, desde la colonización de nuestro hacer lleva una gran deuda social, un gran compromiso político para re-entendernos en la madeja en la cual nos han involucrado persuasivamente en un proyecto que en sí mismo neutraliza al sujeto y descontextualiza en nuestro entender, a la matemática, a decir de Rodríguez (2021b: 2) se entiende:

Cuando nos referimos a exclusión, soslayación divorcio de la complejidad de la vida; de los excluidos y soterrados enmarañados por las falsas politiquerías educativas de momento, escasas vez contamos a los encubiertos apartados del legado de la matemática. A ellos, los han colocado en la esquina de los ineptos; de los no inteligentes; no seleccionados por el sistema modernista-capitalista-colonizador para llevar la matemática como ejercicio de poder.

La matemática se convierte en consecuencia, en una de las ciencias que impulsa el miedo y terror en la formación, presentándose como el mejor terror de todos los tiempos a la cual todo mundo huye y nadie quiere asistir a su diálogo. Pues el movimiento hegemónico sabe, que esta área, posibilita en el ser, el aumento de sus habilidades cognitivas y el pensar profundo y al encontrarse con esta posibilidad, los sujetos pueden despertar con gran gallardía, atrevimiento subversivo y empoderamiento sin igual para recuperar sus voces, potencialidades dormidas y enquistadas en un pensamiento oprimido.

Seguramente el lector encontrará en esta idea, una gran alerta para acompañar desde ahora a la Dra. Rodríguez y al autor, a empujar ese despertar, derretir las cadenas y el reencuentro del sujeto del Sur con sus grandes potencialidades y oportunidades. Desde la idea precedente, “deviene de la necesidad urgente de la decolonialidad de la Educación Matemática; pues la colonialidad del saber, hacer y pensar con ello el ejercicio de poder soslayador, aún permea dicho proceso educativo” (Rodríguez, 2021c:3). La constante búsqueda de la Dra. Rodríguez en mecanismos claros para entresijos ocuparnos en nuestras verdaderas cogniciones coloniales, nos aclara que la dominación hegemónica “es develada en la transmodernidad y hay caras ya no ocultas que llevan la batuta de decolonización que convoca a salirse del yugo, en primer lugar en el pensamiento y conciencia” (Rodríguez, 2019: 9). Reinsiste la autora que vale la pena desde el Sur, y sólo desde el Sur pensar en una vida en plenitud, de la que Sumak Kawsay tiene cinco principios, de acuerdo con Acosta (2013): sin conocimiento o sabiduría no hay vida, Tucu Yachay, todos venimos de la Madre Tierra, Pacha Mama, la vida es sana, Hambi Kawsay, la vida es colectiva, Sumak Kamaña y todos tenemos un ideal o sueño, Hatun Muskuy. Son misiones ecosóficas más allá del buen vivir modernista que nos han impuesto y nosotros hemos propagado (Rodríguez, 2019: 16).

Encontrarnos con las urgencias de la transmodernidad, sin duda alguna entramar un tejido complejo de significaciones que nos llevan siempre al mismo origen: la coloniación, como proyecto de dominación de masas y establecimiento del poder sobre las condiciones humanas de las sociedades y la propia casa donde habita, la tierra. De allí, que urge “un ciudadano formado que reconozca la premura (...) una idea de los problemas a los que se enfrenta ‘Gaia’, la madre tierra (...) un ser humano ético que acciona como sujeto (...) es decir un individuo con obligaciones morales para con él, sus semejantes y la naturaleza” (Rodríguez, 2020c:64) estas ideas plantean para Rodríguez, una urgencia “de acuerdo con las premisas de la complejidad diseñar estrategia que permitan enfrentar los riesgos, lo inesperado, lo incierto, y atender el proceso educativo como aquel lleno de profundas incertidumbres y no de determinismos “ para poder deslegitimizar la educación soslayadora positivista por otra “educación social donde los seres humanos contrarios armonizan y los semejantes se complementan” (Rodríguez, 2018: 239).

Es por ello, que la educación matemática desde el pensamiento moderno, presenta una fragmentación de las realidades susceptibles a favor de l entendimiento de una lógica sistémica racional, y presenta como hermanas indisolubles a la objetividad, determinación, verificación o constatación del conocimiento, lo que presenta la posibilidad de considerar el conocimiento verdaderamente científico, que no es más que la búsqueda o repetición del mismo bajo la denominación de conocimiento unitario. Lo que imposibilita al sujeto en educación un nuevo pensamiento, otro accionar metacognitivo que le impulse a otro actuar, sentir, vivir y convivir con sus compañeros de tránsito de vida.

Por ello, es necesario comprender que en la transmodernidad se rescata ese ser autónomo de cada uno, se reafirma la búsqueda de puntos referenciales para el comportamiento social en un contexto histórico fundamentado en valores esenciales y un proceder ético” (Rodríguez op cit Rodríguez, 2018: 441).

Estas urgencias y otras presentes en las investigaciones realizadas por la Dra. Rodríguez, dan cuenta de una necesidad urgente de resemantizar la educación matemática como eslabón posible para el renacer civilizacional, un nuevo encuentro del sujeto con la vida, sus movilizaciones y desafíos, ¿será entonces que la transmodernidad se plantea de múltiples desafíos? Creo estimado lector que, si su respuesta ha sido sí, usted ha entendido la preocupación que sostiene este texto y más aún a la invitación insistente de la homenajeada en subvertir el pensar, las prácticas y movilizaciones pedagógicas que hoy se dan en el territorio Latinoamericano y que necesita de usted, sus colegas y todos los involucrados en la tierra patria, para desmitificar los discursos y opresiones de los cuales somos parte.

Un legado que hay que reflexionar para una re-civilización posible

El lector podrá darse cuenta, que los argumentos en los cuales se ha basado éste reflexionar subversivo sobre la hegemonía del poder occidental sobre el Sur, deviene de la inspiración de la gran cristiana, maestra, epistemóloga y exitosa mujer venezolana Milagros Elena Rodríguez. Su invitación al sujeto del sur a repensarse en sí mismo, en sus prácticas y pensamientos deja una elocuencia decolonial para impactar en quien se es, qué podría llegar a ser y cómo rescatar nuestras identidades culturales-naturales.

Se ha presentado desde su voz e ideario, la opresión del Sur, la mitificación de la educación matemática como imposible y sólo para inteligentes y, por supuesto la acción decolonial como vía posible para poder liberarse. ¿Pero qué dirección debe tomar ese accionar de contra resistencia decolonial? ¿Es posible que el sujeto del Sur o latinoamericano pueda entenderse en tal osadía que irrespeta su formación? Ya se aludirán respuestas al respecto, aclaro nuevamente, no desde la voz del autor sino de quien hoy se reconocen sus aportes epistémicos-ontológicos en la enseñanza universitaria y para la vida misma.

A Milagros Rodríguez, la caracteriza su pensamiento matemático, le da un excelente brillo a su existir, donde converge la palabra que convoca, la astucia formativa, la innovación sorprendente, el conocimiento emancipador libertador, prácticas en rescate de la humanidad, la fe en la formación y en ese otro que se forma, pero sobre todo, su visión de servicio en entender que el otro necesita de ella y cuando es posible acude para extender su mano amiga. Pero si ese otro, también necesita de su voz para poder ser considerado en las diversas tramas sociales que se presentan, ella sólo hace presencia para aportar lo que ella considera como justicia social. ¿Serán estas indicaciones de un legado recivilizacional? ¿Hay que atender este ejemplo? El autor enfatiza con convicción clara que sí.

El ejemplo de vida de Milagros, es similar a la del maestro Paulo Freire, se encarna en un entendimiento de ese existir comprometido con su labor y ejercicio ante la polis, ante lo que puede ser posible y, para ello, ejecuta tramas decoloniales que invitan al otro a unirse a su pensamiento y desatar ejercicios cívicos que permitan la emergencia de estadios de vida en mejores condiciones humanas, más sensibles, con auténtica atención de nuestras condiciones de sujetos Latinoamericanos.

Como sujeto especial, también demuestra en su actuar su compromiso asertivo con el otro, porque entiende que al ser Bendecida con un pensamiento fractílico, múltiple y complejo; entiende al otro en la diferencia ante ella, tal vez por no entender que ella sólo busca una posibilidad de ayudar a nuestros pueblos a re-entenderse como sujetos libres y con mucho que ofrecer, tanto para el mismo y para el otro. Es por eso, que nos manifiesta que ningún sujeto puede ser, mientras no se considera, no se entienda como ente existencial posible ante la humanidad y en su siempre diálogo abierto promulga la afectividad como escenario de entendimiento, comprensión y avance. Las trivialidades, nos indica ella misma, son eso, incapacidades de comprensión a lo cual no le encontramos sentido, ni respuesta, si, llamados para descubrirnos como profesionales y seres existenciales.

El autor, enfatiza su alegría por unirse a el reconocimiento del valor humano y científico que significa ésta venezolana de inusual gallardía académica, pues agradece a Dios, la oportunidad de haberla conocido y compartido con ella sus pensamientos de trabajo y vida, primero como estudiante de pregrado, luego como colega universitario y luego como compañero de estudio Postdoctoral, escenarios que han permito, certificar la grandeza de esta mujer del Sur, además al autor, dar premura a la reconsideración de su propio existir pero en base a una postura decolonial transcompleja.

Milagros Elena ha sumergido su compromiso en un existir subversivo decolonial para ayudar a impactar el mundo universitario y la movilidad social en su territorio local-nacional. El lector en su blog personal dispuesto en las redes sociales: http://melenamte.blogspot.com/, puede ilustrarse con la reconsideración transmoderna de varias áreas del conocimiento, pero con mayor énfasis en la educación matemática, área de su formación base y, que la acompaña siempre en su movilidad. Se espera que al igual que el autor, usted estimado lector, encuentre la pasión que es necesaria para sumarse al esfuerzo de una mejor tierra patria.

La Dra. Rodríguez, posee un amplio legado donde destacan las siguientes obras: La Educación Matemática Decolonial Transcompleja (EMDT) que plantea la necesidad de otro modo de entender la educación matemática, donde el sujeto tiene múltiples oportunidades y es pensado en su incorporación a su bagaje cultural ancestral, realidades ambientales y reconocimiento del pensar profundo como oportunidad para nuevos aportes a la humanidad. Desde este estudio plantea una de sus mejores impactos, el hacer investigación, pero en convergencia de otros aportes que ella misma ha realizado: y ampliado: los transmétodos, los cuales tienen su posibilidad plena sólo en los terrenos de la transmodernidad -transcompejidad, pero seguro que como estas visiones responden a la decolonialidad, podrían los postmodernos tratar de usarlos con las mismas intenciones cientificistas que los caracteriza como opresores. Hay que estar alertas y con mucha atención sobre ello.

Desde el aporte que se ha descrito, Rodríguez enfatiza que investigaciones liberadoras e inclusivas en la Educación Matemática(...) Nace la EMDT en publicaciones como antropolítica (...) donde se concibe para la resistencia que involucra desde un trasfondo dialógico, con la finalidad de salvaguardar transversalmente los conocimientos matemáticos del Sur necesidad urgente en la vida de las personas; es esa una de las significancia decoloniales de la EMDT. Rodríguez (2021c:3). Los saberes soterrados en rescate en la trasnmodernidad, condición diatòpica de la propia decolonialidad, incorporan a los docentes e investigadores en un plano de reconocimiento de lo que ha sido oprimido y desechado como inservible para la construcción del conocimiento, ahora resignificado en un marco cultural donde los saberes implicados en la historia y en la vida ancestral de los pueblos convergen para una visión amplia del saber y la consolidación de la memoria histórica.

Es por eso que se hace “importante la formación docente con grupos transdisciplinares, enmarcados en la transmodernidad; en un proceso descolonizado de valoración y respeto por nuestra cultura; (...) el reconocimiento de la diversidad cultural como el único patrimonio cultural universal” (Rodríguez, 2018: 446). Desde lo anterior, la matemática como posibilidad de formación y construcción de pensamientos de alto nivel, converjan con “la incertidumbre y el azar (…) del sistema Educación Matemática, y con esos principios, se debe navegar a puerto seguro. Por eso, el conocimiento de cómo en su lenguaje, el estudiante aprende y se comunica, es esencial” (Rodríguez & Lemus, 2020: 2).

Permite lo anterior, considerar al binomio que dinamiza el proceso educativo, pero con nuevas intenciones, nuevas rupturas epistemológicas donde el juego de verdades en el aprendizaje cobra relevancia, al igual que su contexto vivencial. El docente, se traspola a otro plano, ya no vertical, sino horizontal, con mayor ejercicio humano, intervención de los contextos sociales y ejercicios investigativos más cercanos a las condiciones culturales de los territorios. Para ese pensar nuevo en la enseñanza e investigación también se presenta en el compendio de sus obras que reflejan la articulación de Decolonialidad, Ecología de saberes, Ecosofía, Diatopía, que permiten que la transmodernidad haga presencia con una estética nunca considerada en los planos hegemónicos. Ubica al lector en lecturas de lo que puede ser posible, que va más allá de las intenciones que nos lleva a parcelar el pensar, a entender nuestra realidad atomizada y disgregada sin conexión posible, llevando al sujeto a una parcialización-atomización del saber para una anacrónica existencial, tanto de sí como de lo que a de hacer.

Por eso, su legado se enlaza con la naturaleza, con intra conexiones sociales, subjetivas, e invivenciales que logran rescatar la vida. Dentro de su gran e impresiónate obra, se alude a la complejidad como fenómeno que provoca la implicación e intervención transdisciplinar para re-entender la multidimensionalidad humana alejada de la univocidad de pensar e investigar.

La consideración compleja abre un espectro para seguir estudiando y buscando líneas de salida para la crisis de la Educación Matemática en pleno siglo de las tecnologías. Se invita al lector a la comprensión de que la transdisciplinariedad crítica no se agota con los puentes que se han establecido. El análisis cumple las condiciones mínimas, pero el abrazo con otras ciencias y la Educación Matemática puede dar elementos importantes (Rodríguez & Lemus, 2020:10)

No hay que olvidar, que se ha aludido en la importancia de la matemática como esencia humana del pensar profundo, en insistir en nuevos horizontes y desafíos para el propio sujeto y su devenir. En ello, una actitud comprometida del docente quien lo acompaña e inquieta su pensar, para elevar cada vez más a mejores y nuevos estadios. Desde lo metodológico, Milagros Rodríguez, en sus aportes nacientes en la Matemática Decolonial Transcompleja, explicita a los transmétodos: deconstrucción, la hermenéutica comprensiva ecosófica y diatópica, la etnografía crítica, el análisis crítico del discurso y la investigación transdisciplinar crítica.

Estas posturas de innovación en el investigar, nos plantea la autora (Rodríguez, 2019: 30) que “religar en el pensamiento transmodernista; desde la complejidad y transdisciplinariedad; pese al avance de las ciencias estas son esencias por dé-velar, re-civilizar, es entonces también avanzar en la educabilidad y la transformación del pensamiento modernista”.

Reflexiones conclusivas

Se ha cumplido con el objetivo complejo, analizar la obra de la insigne e incomparable epistemóloga venezolana Milagros Elena Rodríguez, quien propone un legado decolonial de impacto social transformacional, no sólo desde el mundo educativo sino en el mundo de vida, donde estos coexisten.

Con firme convicción se ha demostrado como hoy la transmodernidad se encarna en su voz, pensamiento y acción, dando aportes sustanciales y de gran valor que generan una deuda social y de reconocimiento a su praxis ante la humanidad. Es de resaltar, la vigencia en la dinámica subversiva decolonial que invita la autora Rodríguez, para impactar en el sur y acudir a la recivilización donde sea rescatado el sujeto, sus prácticas de vidas, sus lenguajes y conocimientos, ambientes naturales, pero alejados de los estereotipos coloniales-hegemónicos, a quienes debemos deconstruir para relegarlos en un nuevo comportamiento en la formación y atención de la humanidad, donde se devuelva al ser, su libertad, voz y participación activa en la construcción de su historia.

La trasnscomplejidad-transmodernidad representa el escenario idóneo para las nuevas realidades latinoameicanas, lo cual necesita mucha lectura, comprensión, debate y apuestas, que lleven a los sujetos a reentenderse en otra misión, más sensible y cercana a su realidad, formación, investigación y aportes a la humanidad. En ello, los transmétodos emergen como posibilidades transcomplejas de la transmodernidad, son oportunidades únicas que tiene el docente de investigador Latinoamericano en su manos, para comenzar un desafío que lo lleve a detrimentar la hegemonía occidental y lo lleve al nuevo encuentro con la producción de saberes, para aportes sustantivos ante las crisis civilizatorias y a orientar un nuevo bagaje cultural que rescate lo humano, identitario pasional, formativo y trasnformacional que se hace vigente.

La investigadora que hemos analizado, sin lugar a dudas no pasará a la historia sin huellas profundas en la humanidad que se desarrolla, hemos visto y considerado que su dinámica productiva y de vida lo comprueba. Por eso, su voz, será recordada en cada proyecto emancipador naciente, en cada lucha contrahegemónica que desafíe la opresión, en la producción transcompleja que se avive en los espacios de educación y sobre todo en la brisa de libertad, que se presente en recordarnos que somos sujetos libres con derecho pleno El autor, agradece de forma reitera a la doctora Rodríguez su accionar y sus múltiples aportes.

Referencias bibliográficas

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